Ayer salía a la luz un nuevo retraso de Intel, el enésimo, en lo que será su nueva familia de procesadores bautizada con el nombre de Broadwell. ¿Qué supone esto para Apple? Un contratiempo más, que se suma a los que ha venido sufriendo este año, ocasionados en gran medida por la propia Intel y que le han obligado a tener que hacer renovaciones menores en gamas que son pilares de ventas de los Mac como el MacBook Air o el iMac en las que no ha podido más que ofrecer un pequeño lavado de cara con procesadores Haswell que en poco mejoran a los anteriores. Y esto, es un problema.

Es un problema porque muchos de los planes de Apple dependen en gran medida de Intel y de sus procesadores y este es un aspecto que a Apple no le gusta ni lo más mínimo. Como resultado de este nuevo retraso, los procesadores que, teóricamente, serían los utilizados en los nuevos MacBook Air o MacBook Pro Retina de 13 pulgadas no estarán Gamas como la del MacBook Air o el MacBook Pro no podrán ser actualizadas hasta bien entrado el 2015disponibles hasta febrero del 2015 y los destinados al MacBook Pro Retina de 15 pulgadas y a la gama iMac hasta dentro de un año por lo que, hasta entonces, podríamos no ver más que pequeños lavados de cara en la gama Mac. Demasiado tiempo para Apple, que debe de estar muy contenta con estos retrasos. Nótese la ironía.

Es aquí donde entra en juego el rumor que lleva circulando varios años y que, tanto el procesador A7 como estos retrasos van alentando: el cambio a procesadores con arquitectura ARM. No, no va a ser, si finalmente es, ni hoy ni mañana, pero no es ningún secreto que Apple, como otras muchas cosas, ha trabajado y trabaja en prototipos de Mac con procesadores ARM en vez de Intel. Realizando este cambio conseguiría, entre otras cosas, ser autosuficiente en tema de procesadores evitando circunstancias y situaciones como las que vive actualmente. Apple controlaría los tiempos.

El problema, del que se ha hablado ya en varias ocasiones, es que hay varios inconvenientes de mucho calado a los que hacer frente. El primero, y más importante es que la arquitectura ARM no es compatible con la x64 que es la usada por Intel lo que implicaría que todo el software y el sistema operativo no funcionaría y habría que adaptarlo a Intel parece empeñada en que Apple caiga en los brazos de ARM, y si esto pasa, los demás fabricantes la seguiríanla nueva arquitectura. Habría que cambiar el ecosistema de arriba a abajo. Un ejemplo muy simple de un problema que afectaría a muchos usuarios de Mac sería por ejemplo la imposibilidad de utilizar Boot Camp u otro método para instalar o emular Windows, no sería posible. Sería un salto muchísimo más complicado que el que en su día hizo Apple de PowerPC a Intel.

Salto que, repito, si se llega a producir en algún momento, no será a corto ni medio plazo pero que será inducido en gran parte por noticias como ésta, retrasos y más retrasos que no hacen más que trastocar los planes de Apple y que, en medio de la era post-pc como muchos dicen, no hacen más que suponer un problema grave. Si la gama Mac no avanza corre el riesgo de estancarse, y esos avances vienen en gran medida marcados por sus componentes. Lo único que consigue Intel con este tipo de cosas es que en Apple se vuelva a pensar en el cambio. Parece como si Intel estuviese empeñada en que Apple caiga en los brazos de ARM, y si eso pasa, los demás fabricasen tarde o temprano seguirían sus pasos.