Imagina por un momento. En plena presentación de la última generación de Xbox, Microsoft anuncia que su nueva consola tiene como característica estrella que también es capaz de leer los juegos de la generación anterior de su gran rival, la PlayStation 3. Esta última perdería de un plumazo todas sus exclusividades, y Xbox One pasaría a tener un catálogo mucho mayor que su enemiga. Y seguramente, reventaría el mercado, quitándole mucha cuota a la consola de Sony. Esto, que hoy parece un desvarío y un imposible, ocurrió en cierta forma hace más de 30 años. Claro que en lugar de la Xbox One de Microsoft y la PlayStation 3 de Sony hablamos de la ColecoVision de Coleco y la 2600 de Atari.

Agosto de 1982. Tras el éxito de Telstar, una de las últimas consolas con mandos integrados y no extraíbles que sólo servía para jugar a Pong, Coleco lanza en Estados Unidos su nueva máquina: ColecoVision. Entre sus especificaciones estaban una RAM de 1 KiB, VRAM de 16 KiB, resolución de 256 x 192 píxeles, 16 colores, 32 sprites... pero lo que impulsó sus ventas fue el haber conseguido que Nintendo licenciase Donkey Kong para ColecoVision, cuyo cartucho se incluyó con cada consola. Por si este atractivo fuera poco, las críticas de la época hablaron de esta versión de Donkey Kong como "un port casi perfecto del juego de las arcade".

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En sus cinco primeros meses de vida, finalizada la campaña navideña, se habían vendido más de 500.000 unidades de ColecoVision en Estados Unidos. Más adelante, CBS Corporation comenzó a distribuirla fuera de Estados Unidos. En poco más de dos años, esta consola llegó a vender más de 6 millones de unidades. Y aquí volvemos al principio, al origen de esta historia: el Caballo de Troya que escondía esta consola con el adaptador para juegos de Atari 2600, la consola presentada cinco años antes que fue sustituida en el mismo año 1982 por la Atari 5200.

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¿Cómo se consiguió esta compatibilidad? Con un cartucho especial llamado Expansion Module #1 distribuido por la propia Coleco. Por supuesto, Atari les demandó por esto ya con el primer asalto perdido, pues las unidades vendidas ya estaban en las casas de los consumidores y sería imposible, de ganar el juicio, una normativa retroactiva.

ColecoVision y Atari 2600 2 - ColecoVision y Atari 2600 2 - ColecoVision y Atari 2600 2 - ColecoVision y Atari 2600 2 - ColecoVision y Atari 2600 2 -

Pero el segundo asalto fue peor: el juez estimó que no se había infringido propiedad alguna ya que los componentes eran comunes, no diseñados por Atari. Así que ColecoVision logró el mayor catálogo que nunca ninguna consola había tenido hasta entonces, y además consiguió hacerlo de una forma legal. En vista de su victoria, Coleco volvió a hacer gala de muy poco respeto por los derechos de autor y lanzó un clon de la Atari 2600 llamado Coleco Gemini.

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