Se ha puesto de moda hablar de caja de cambios para coches eléctricos cuando muchos fabricantes las descartaron hace años debido a supuestos problemas de fiabilidad. La gracia de un vehículo eléctrico es su sencillez, su nulo mantenimiento y su capacidad para prescindir de diversos elementos, caso de las cajas de cambios, que a la larga fallan y conllevan un coste de reparación.

Hace unas semanas hablaba de la posibilidad de que las cajas de cambios en vehículos eléctricos podrían ofrecer una vía rápida para aumentar la autonomía de estos coches sin necesidad de grandes esfuerzos en materia de tecnología e innovación con las costosas baterías. Si bien, esta tecnología debe evolucionar, su ritmo es muy lento, y los departamentos de marketing de estas compañías no saben qué hacer para seguir vendiendo las bondades del coche eléctrico. Aquí entra la caja de cambios para coches eléctricos.

Incorporar una transmisión a un vehículo eléctrico puede conseguir que su autonomía aumente hasta un 15% según Oerlikon Graziano, que ha confirmado que tiene una caja de cambios de cuatro velocidades preparada para ser instalada en vehículos eléctricos y que, sin ningún cambio más, aumentaría la autonomía de estos coches un 15%.

¿Por qué no incluir una caja de cambios antes? Porque se rompen, porque el principal eslogan del coche eléctrico es su sencillez, su falta de mantenimiento y que no se rompe, se desgasta, pero no se suelen romper. Si incorporamos un nuevo elementos que sí puede romperse, que sí necesita un mantenimiento, las visitas por el taller serían mayores.

caja de cambios

El trabajo de los ingenieros en materia de tecnología en los coches eléctricos debe pasar por aumentar la eficiencia, aumentar la densidad de las baterías, y olvidarse de las cajas de cambios para vehículos que no deberían necesitarlas.

Esta caja de cambios, denominada 4SED, emplea dos pequeños motores eléctricos en lugar de una única unidad. De esta manera, el coche tendría cuatro velocidades y el consumo de energía se reduciría en ese 15% al estar trabajando los motores siempre a su régimen óptimo de fuerza. Esta tecnología es válida para ser usada en casi todo tipo de vehículos, desde urbanos, todoterrenos, autobuses, camiones, deportivos... e incluso está pensada para emplearse en motores de 48V, lo que reduce los riesgos por la alta tensión y un ahorro de costes.

Sobre el papel el sistema es muy interesante, pero supone añadir un coste extra a los vehículos, que ya de por sí son bastante costosos, y además una pieza que puede romperse y que necesitará un mantenimiento.