La búsqueda de la productividad no termina nunca, y aparentemente estamos siempre tras el método ideal para organizar nuestras vidas, el sistema o la app que se ajuste mejor a la manera en que funciona nuestro cerebro. En lo personal, hace algunos meses me encontré con que había migrado todos mis sistemas de organización a la nube, y no me estaba funcionando para nada. Tenía todo tipo de información distinta regada por todas partes; las tareas compartidas en Trello, la agenda en Google Calendar, la lista de tareas en Asana. Fue entonces cuando encontré el método Bullet Journal.
Creado por Ryder Carroll, Bullet Journal es un sistema analógico para tomar notas. A primera vista, parece un intento nostálgico de regresar al lápiz y al papel, un método creado por un ludita para librarse para siempre de la tecnología. En realidad no lo es, y por el contrario, se lleva de la mano muy bien con cualquier otra app que quieras usar simultáneamente. Lo que sí tiene Bullet Journal que no pueden ofrecerte apps como Wunderlist, por ejemplo, es un sistema sencillo y flexible para manejar todo tipo de información en un solo lugar, tanto las que son accionables como las que no.
¿Cómo funciona Bullet Journal?
El video elaborado por Ryder Carroll (que está en la cabecera de este artículo) es bastante explicativo de una forma concisa, pero el método, aunque es sencillo una vez que lo comprendes, tiene su truco. Carroll lo explica en la página web del método, pero básicamente tiene cuatro puntos centrales:
Registro rápido
El principio central del sistema es un método que Carroll llama "Registro Rápido" (rapid logging). Esto permite capturar rápidamente cualquier tipo de información que necesitemos procesar diariamente, y proporciona una manera de identificar lo que es importante y lo que no lo es, ayudándonos a enfocar nuestro tiempo y energía de mejor manera.
El método de "registro rápido" se basa en símbolos o "bullets" de acuerdo al tipo de información. Usamos una casilla ("checkbox") para las tareas, un círculo para las citas o eventos y un punto para tomar notas.
Índice
El índice es la columna vertebral del Bullet Journal. Al iniciar un nuevo cuaderno o libreta (Carroll, y los más fervientes seguidores del método, usan moleskines, pero esto es una decisión personal) en la primera página se inicia un índice, que se va actualizando a medida que avanzamos en el uso de la libreta. Las páginas se numeran al llenarse, y aunque parece laborioso, la verdad no lo es para nada; toma apenas unos segundos mantener el índice actualizado, y te salva la vida cada vez que necesitas encontrar las notas de esa reunión, o la lista de tareas de febrero pasado.
Calendario de eventos
En mi opinión es el punto más débil del método. Tradicionalmente, al empezar cada mes usas una nueva hoja de la libreta y haces un calendario mensual, con una línea por cada día, sólo para eventos importantes que ya están preestablecidos. En lo personal, he dejado de hacer esto porque me resulta inútil para mi ritmo de vida, y cuando tengo citas o reuniones que necesitan un recordatorio, simplemente uso Google Calendar. En Internet existen otros métodos desarrollados por usuarios para adaptar Bullet Journal a manejar mejor eventos que requieren planificación.
Lista de tareas
Por último, la carne del método es la lista de tareas, donde también se apuntan las ideas, citas o eventos, notas, etcétera. Lo genial de esto es que puedes hacer una lista de tareas para el mes, la semana o el día, dependiendo de tus necesidades, y la flexibilidad del método evita las páginas desperdiciadas en una agenda, cosa que detesto. Odio cuando tengo dos semanas llenas de ocupaciones y luego un mes tranquilo y esas hojas no pueden usarse para nada más. Con Bullet Journal, simplemente haces las listas de tareas de acuerdo a tus necesidades: las mías suelen ser semanales, y al final de la semana, simplemente la revisas, marcas lo que está hecho, tachas lo que se ha vuelto irrelevante y migras lo que queda por hacer (copiándolo a la siguiente lista y poniendo una flecha en la casilla correspondiente que significa "migrado").
Fuera de estos principios básicos, puedes adaptar el método como más te guste, porque precisamente ésa es su gran ventaja: su flexibilidad para ser adaptado. No sé ustedes, pero yo tengo mi vida en orden en un moleskine negro y su simplicidad me tranquiliza.