Si la vida fuera un videojuego es bastante probable que luciera de esta forma. Esa es la premisa de Eben McCue, un diseñador y animador, que ha decidido plasmar la vida humana como si se tratase de un videojuego RPG, de esos clásicos de 8 bits que tanto disfrutamos entre las décadas de los 80 y 90. El resultado es fascinante.
Y es que para McCue la vida no es más que seguir adelante para "subir de nivel", como en un Final Fantasy o Sword of Mana, por solo mencionar algunos. El cortometraje, llamado Super Life, nos muestra de una manera clara y genial el camino de un hombre desde su nacimiento, atravesando la escuela, adolescencia, trabajo y hasta su final, el inevitable, el Game Over de todos nosotros: la muerte.
La percepción de este artista es genial, y lo que más me gusta es como el "personaje" de este juego de la vida solo va hacia adelante, hacia su futuro. Esta es la evidente moraleja del corto. Así debe ser la vida.