Argentina vive una etapa peculiar en el desarrollo de su mercado de telefonía móvil. Mientras que sufre un considerable retraso ante la dilatada y poco probable llegada de sus servicios de redes 4G LTE en el corto plazo, el sector 3G vive uno de sus momentos más sólidos y consistentes, al ser el ramo con mayor crecimiento dentro del mercado, tanto y a tal grado que actualmente más de la mitad de los teléfonos celulares que existen en el país pertenecen a dicha generación. Con su capacidad para soportar voz, datos, video e internet móvil, los móviles 3G representaron más del 73% de los terminales vendidos en Argentina durante el 2013, así lo revelan cifras publicadas por Telam, provenientes de un estudio desarrollado por la consultora Carrier & Asociados, quienes ubican al sector de móviles 3G como el rey absoluto del momento, con cerca del 52% de los que circulan actualmente entre los suscriptores de este país.

El ascenso de 3G como tecnología mayoritaria se logró no sólo gracias al aporte de los smartphones, que también fueron mayoría de ventas en 2013 con 56%, sino también por el de los socialphones (equipos más básicos que permiten acceso únicamente a algunas aplicaciones de datos, principalmente de socialización), de los cuales 62 por ciento cuentan con conectividad 3G.

Es lo que señala Enrique Carrier, directivo de la firma consultora, en declaraciones recolectadas por el diario, quien considera la transición un fenómeno positivo. De acuerdo con la investigación, el 47% restante del segmento pertenece a celulares con tecnología 2G, limitada al envío de llamadas, mensajes de texto y multimedia, aunque la clara dinámica apunta a una transición, en donde, tomando en cuenta las ventas aplastantes del sector 3G durante 2013, la tendencia se inclina por el desplazamiento de este tipo de teléfono, dejando un hueco más que evidente para los nuevos modelos con soporte para redes LTE.

El panorama para el mercado de Argentina marca un escenario concreto y claro, sin embargo la realidad es que la nación se encuentra relativamente estancada en materia de gobierno y gestión de su espectro, ya que desde 1999 no se ha administrado y actualizado el uso vigente de este campo, lo que ha retrasado el arribo de esta tecnología.