Hace unas semanas os hablamos de Popcorn Time, una aplicación de origen argentino para ver contenido en streaming sin necesidad de descarga a través del protocolo torrent. Pues bien, tan solo dos semanas después de su lanzamiento, la compañía ha comunicado a PulsoSocial que finalizan sus actividades, a pesar de que repitieron en diversas ocasiones que su proyecto era totalmente legal.
¿Los motivos? Los de siempre: presiones de la distribuidoras de cine que han visto en Popcorn Time y a la enorme difusión que tuvo las últimas semanas por todo el mundo, una amenaza a su ya caduco modelo de negocio:
Nuestro experimento nos ha puesto a las puertas de interminables debates sobre la piratería y los derechos de autor, amenazas legales y una maquinaria en la sombra que nos hace estar en peligro por hacer lo que amamos. Y esta es una batalla en la que no queramos luchar.
A pesar de tratarse de un servicio que funcionaba a las mil maravillas para ser una beta, realmente era la crónica de una muerte anunciada, puesto que el acceso tan fácil al contenido protegido por derechos de autor era el mayor handicap y a la vez el mejor reclamo al que se enfrentaban sus creadores, que como la mayoría de estos proyectos han sucumbido a las manos de las entidades de gestión de los derechos de autor:
La piratería no es un problema de gentes. Es un problema de servicio. Un problema creado por una industria que ve a la innovación como una amenaza a su antiguo modelo de negocio. Parece que el resto del mundo no les importa.
Lo cierto es que servicios como Popcorn Time abren el debate sobre la piratería de los contenidos en la red. Lo que muchas veces las entidades de gestión de derechos no entienden es que fuera de los Estados Unidos es casi imposible acceder al contenido de forma sencilla, y en ocasiones ni si quiera es posible. No se trata de un problema de pago, muchos usuarios pagarían religiosamente un cuota por ver sus series y películas favoritas -y recientes- en streaming, pero es sencillamente imposible, bien porque el contenido no está disponible en un país, o bien por que el acceso a este contenido a través de la red es mucho más caro que en formato físico.
Malas noticias para los usuarios y también para las entidades de gestión, puesto que podrían haber visto en Popcorn Time un soplo de aire fresco para su modelo de negocio y a la vez una forma de facilitar el contenido a los usuarios.
