Navegar por Internet o hacer una llamada telefónica se han convertido en acciones tan cotidianas que rara es la ocasión en la que reparamos qué infraestructuras sustentan estos servicios. Cada día accedemos a servicios que se encuentran alojados, por ejemplo, al otro extremo del planeta; sin embargo, apenas notamos retardo. Este "viaje acelerado" que siguen los paquetes de datos no sería posible sin los grandes cables submarinos que, gracias a la fibra óptica, unen los 5 continentes. Los cables submarinos nos permiten cursar llamadas internacionales y transmitir grandes volúmenes de información; una enorme red de infraestructuras que TeleGeography se encarga de representar en un mapa cada año.
Desde que se tendiese el primer cable submarino de cobre en 1850 (para unir Francia e Inglaterra a través del Paso de Calais), los fondos marinos se han convertido en la base de una gran red de autopistas que llegan a concentrar más del 90% del tráfico de datos mundial y, por supuesto, la gran mayoría de llamadas internacionales que cursamos.
Gracias a TeleGeography, podemos echar un vistazo a esta gran red de cables de fibra óptica que ejercen de transporte de nuestros datos y permiten que podamos acceder a nuestro correo electrónico aunque los servidores a los que accedemos se encuentren, por ejemplo, al otro lado del Océano Atlántico. Cables como el SAM-1 de Telefónica, por ejemplo, son capaces de ofrecer 2 Tbps y unir Estados Unidos, Puerto Rico, Brasil, Argentina, Chile, Perú, Guatemala, Ecuador y Colombia y el cable submarino SEA-ME-WE 4 (South East Asia-Middle East-West Europe 4) cuenta con una capacidad de 1.25 Tbps y une Francia, Italia, Argelia, Túnez, Singapur, Malasia, Tailandia, Bangladesh, India, Sri Lanka, Pakistán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y Egipto en un espectacular trazado de 18.800 kilómetros. El Cable submarino Panamericano (PAN-AM) une Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Aruba, Panamá y Estados Unidos, cubriendo un trazado de 14490 kilómetros y ofrece una capacidad de 190 Gbps.
Debo reconocer que siento especial predilección por este tipo de infraestructuras; quizás sea deformación profesional pero creo que es impresionante la cantidad de información que llega a cruzar el planeta de un extremo a otro en apenas unos segundos. Los cables submarinos se han convertido en una pieza clave de nuestros sistemas y comunicaciones y, de hecho, se han llegado a convertir en el "nuevo arma" con el que se baten las disputas los gobiernos.
Uno de los primeros casos de espionaje que reveló Edward Snowden, precisamente, estaba relacionado con los cables submarinos. Según los documentos del ex-analista de la NSA, Reino Unido "pinchaba" los cables que llegaban a su territorio y, desde hace años, circulan los rumores de las "cajas negras" y habitaciones secretas existentes en muchos nodos de interconexión.
Para que nos hagamos una idea de lo estratégicas que son estas infraestructuras, Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, anunció el despliegue de cables submarinos propios que permitiesen cursar las comunicaciones del país sin tener que pasar por Estados Unidos. Si alguien tiene curiosidad, en el mapa de TeleGeography podemos observar un cable que une Brasil con Angola bajo el nombre de South Atlantic Cable System, un proyecto que arrancó el pasado mes de noviembre y que, aunque ya estaba planificado, apoya la idea de independizar las comunicaciones del país. Por cierto, este cable, cuando entre en servicio, ofrecerá una capacidad de transmisión de 40 Tbps.
El mapa que ofrece TeleGeography es impresionante, un mapa sobre el que navegar y descubrir qué infraestructuras ejercen de pilares de Internet. Evidentemente, no es el único servicio que podemos encontrar en la red y, de hecho, una de las carencias de TeleGeography es que le falta información de contexto; precisamente, para aportar algo de información adicional, me gusta consultar también Cablemap porque, además de los mapas, nos ofrece datos relativos a la capacidad de los cables.