Han pasado unos 15 años desde la última vez que vimos un nuevo título perteneciente a la saga Strider, y los estudios de Double Helix se han propuesto a crear no una secuela, sino un reboot por todo lo alto, en su afán de revivir grandes franquicias. El ninja Strider Hiryu regresa más rápido, con mucha más acción y para revivir una saga que muchos extrañábamos, un arcade modernizado que ningún amante del género, o de los juegos de acción, debería pasar por alto. Este es mi análisis del nuevo Strider.
Hiryu está de vuelta
Es muy curioso en lo que se han convertido los estudios de Double Helix. Luego de años haciendo juegos de calidad un tanto mediocre como Silent Hill: Homecoming, o títulos basados en las terribles películas recientes de G.I. Joe y Green Lantern, parece que los desarrolladores se quisieron reinventar y dedicarse a revivir grandes clásicos. Los resultados hablan por sí solos: Killer Instinct y Strider.
Cuando presentaron la Xbox One anunciaron el reboot de Killer Instinct, el épico juego de peleas arcade, que llegaría en exclusiva para la nueva consola de Microsoft en modalidad Free-to-play, lo que no me emocionó nada en lo absoluto, pero que terminó siendo un juego maravilloso. Sí, incluso siendo F2P. Sin embargo, no contaba con Strider; Double Helix revive esta saga que nació en el año 1989 manteniendo sus elementos claves, su esencia, pero reinventándola, algo que en cualquier otra ocasión supondría malas noticias, pero no esta vez.
El nuevo Strider nos lleva de nuevo a las aventuras de Hiryu, ese ninja cyberpunk que rebanará en dos a todos sus enemigos en un universo de plataformas, completamente arcade. Eso sí, han añadido el elemento "metroidvania" lo que lleva al juego mucha más exploración, recompensa y evolución del personaje sin necesidad de tener que acumular puntos por cada enemigo que derrotemos; no, eso quedó en el pasado. Ahora, como buen ninja, podemos destrozar con nuestro sable láser o "cypher" a la infinidad de soldados que nos aparecerá en el camino, o saltar sobre ellos, esquivarlos, como quieras. Es tu decisión. Eso sí, rebanarlos es la opción más divertida.
Strider es un reboot hecho y derecho en cuanto a la trama, incluso a escenarios y uno que otro jefe del juego; los clásicos han vuelto y denota el amor que tiene este estudio por los clásicos japoneses arcade. De hecho, la nostalgia es tan grande que los gritos de batalla de Hiryu son los mismos de la entrega original, y también comienza el juego llegando el ninja en un extraño halcón robótico que te lleva directo a la acción; sin presentación, sin diálogos que la retrasen, nada, como buen arcade inicias el juego y en menos de 15 segundos estarás matando enemigos y destruyendo cosas mientras saltas por los aires.
Puede que Strider comience un tanto lento, que parezca que no harás más que presionar ese botón para dar un golpe con la espada, pero no es así... Strider cumple su cometido con una enorme dosis de acción, y una dificultad digna para los amantes del género.
Rebanar, saltar, escalar... repetir
Además de todos los golpes y enemigos que destrozaremos en "dos dimensiones", gran parte de la esencia de Strider se basa en ser un juego de plataformas. Todo el tiempo estaremos recorriendo un gran mapa notablemente abierto de lado a lado y no estamos limitados al suelo, no, Hiryu puede escalar cualquier cosa, una desventaja en algunos aspectos que quita un tanto de complejidad de cierto tipo a los niveles, pero inmediátamente otra ventaja, dando complejidad en otros aspectos, ampliando las posibilidades y ofreciéndonos mapas mucho más completos, complejos y elaborados que explorar.
Strider premia la exploración con mejoras, trajes y muchos secretos. Provoca recorrer todo el mapa
Porque esa palabra es clave en Strider, explorar. ¿Recuerdan que mencioné que Strider cuenta con elementos "metroidvania"? Más que eso, Strider es un juego que claramente basa gran parte de su atractivo en este aspecto. Se acabaron los niveles que van de un punto inicial a un punto final como en la primera entrega, no, ofrece un gran mapa que puede ser explorado de punta a punta y de arriba a abajo, lleno de secreto.
Al igual que los títulos protagonizados por Samus (que de allí viene lo de "metroidvania"), habrán muchos rincones secretos en la ciudad de Kazakh que ocultan grandes recompensas, desde mejoras y ampliación de la barra de salud o la de poder, hasta extras como arte conceptual del juego, archivos de "inteligencia" sobre el enemigo (información de los jefes, soldados, ciudad y más), o trajes para Hiryu, los cuales estarán bastante escondidos. El mapa muestra la ubicación de puertas secretas y caminos, pero tendremos que saber mirarlos.
Pero las mejores mejoras son las que obtenemos al vencer a los jefes finales del juego, evidentemente. Cada uno será más difícil que el anterior, pero también será mejor la recompensa. Si bien al iniciar la campaña solamente podemos saltar y rebanar, a medida que avanzamos y que vencemos a los complejos jefes ("Solo", por ejemplo, me hizo la vida imposible por unos cuantos minutos matándome varias veces), obtendremos nuevas habilidades para mejorar a nuestro ninja, desde la posibilidad de cargar el sable para dar ataques más poderosos, hasta saltos dobles, devolver las balas blandiendo el sable, lanzar kunais y congelar a nuestros enemigos, todo lo que añade más acción y diversión al juego.
También es necesario destacar lo rápido que avanza el título, no en cuanto a la campaña, sino al ritmo, a su jugabilidad. Hiryu asesta un golpe con la velocidad inmediata que presionamos el botón respectivo. Es decir, si presionamos ese cuadrado o esa "X" unas 27 veces seguidas con gran velocidad, el ninja asestará 27 golpes a la misma velocidad, un gran detalle de los desarrolladores. Además, es posible dirigir los golpes del sable con el joystick respectivo, incluso cuando estamos guindando de una pared o el techo.
Su aspecto a nivel técnico es excepcional, en lo que cabe. El juego luce genial y tiene unos escenarios y ambientaciones muy logradas, y en cuanto a sus gráficos puede que no sea ningún The Witcher 3, pero luce muy bien, en especial en las consolas de nueva generación. Lásers, luces de neón y un mar de colores están presentes constantemente en el juego, lo que le da un estilo cibernético (o cyberpunk) que ligeramente me recuerda a Far Cry 3: Blood Dragon, y en general le da una gran personalidad al juego.
En Strider, la historia realmente no importa
Normalmente al comenzar una reseña lo primero en lo que hago énfasis es en la historia del juego, dado que se puede decir es uno de los elementos más importantes (y en casos muy concretos, el más importante) que tomo en cuenta al analizar un título. No es el caso en Strider.
Sí, el juego te trata de relatar una historia, que el dictador tirano "Granmaestre Meio" que es notablemente ruso, se ha hecho con control del mundo, a tal nivel que incluso ha renovado los años al mejor estilo de la iglesia, por lo que el calendario nos dice que el juego se lleva a cabo en el año de Meio 0048, y Hiryu es el más fuerte de un clan de ninjas que es enviado en una misión súper secreta y especial para vencer al malvado líder.
Se que constantemente nos dirán cosas, diálogos entre los enemigos nos relatarán parte de la trama en escenas de vídeo o incluso durante las partidas, es decir, mientras estamos rebanando enemigos y esquivando obstáculos como trenes subterráneos que pasan a toda velocidad o algún francotirador que nos está asestando disparos desde la distancia. Es decir, nunca pondremos cuidado a los diálogos que suceden mientras estamos en pleno combate (y debemos recordar que el combate es prácticamente permanente), por lo que la única opción que tenemos para seguir la historia del juego es durante esas escenas de vídeo o encontrando los documentos de inteligencia y dedicándonos a leerlos.
Y si no quieres hacerlo, no importa, el juego es igual de divertido. Esto puede que no sea algo bueno, pero es un hecho. Los mejores plataformas de acción de antaño tampoco es que tenían una gran o elaborada historia (¿alguien dijo Contra?) y eso no los hacía menos geniales de lo que eran.
Conclusión
Así, Strider es un gran juego que puede complacer a los amantes del género, a los "retro-arcades" que disfrutaron de esta y otras grandes franquicias a finales de los 80 e inicios de los 90, pero también a las nuevas generaciones, esos que no tienen idea de qué es una "Amiga" o una SEGA Genesis, por ejemplo. Ambos tipos de público se sentirán en casa y disfrutarán de mucha diversión, acción y de un juego muy bien equilibrado.
Me da demasiada curiosidad saber lo que harán los estudios de Double Helix ahora que los ha comprado Amazon, según muchos rumores para desarrollar videojuegos para lo que podría una consola propia, o un set-top box con funciones de gaming. Sea como sea, espero que puedan mantener esa senda de revivir viejos clásicos de la forma tan maravillosa que lo han hecho en sus dos últimos juegos.
Strider es un título obligatorio para los amantes de los juegos plataformas modernos, de acción, y aunque prácticamente nunca me atrevo a sugerir a nadie qué hacer con su dinero, si me arriesgo a comentar que, por apenas 15 dólares o euros, se hace casi irresistible.
¿Tiene sus fallos? Claro que sí, que nada es perfecto, pero con su campaña de unas 5 o 6 horas (o el doble si queremos completar el juego al 100%) y sus modos adicionales de retos como "Beacon Race" y "Survival", además de la regujabilidad que ofrece (en distintos niveles de dificultades), logra que Strider sea uno de los lanzamientos más solidos de Capcom en los últimos años, y una joya que deberías probar.
Pros
- Mantiene la esencia de la entrega original Revive el género, mediante un gran arcade metroidvania * Luce espectacular en cualquiera de las plataformas, no solo en "next
- gen" * Muchos guiños para los fanáticos de la primera entrega
Contras
- Historia muy poco relevante que prácticamente pasaremos por alto Si eres veterano de los arcades, puede que no se te haga tan difícil, con excepción de los jefes que siempre son un reto