El desarrollo de prótesis permite el reemplazamiento o en algunos casos, la provisión de partes de nuestro cuerpo que hubieran sido afectadas por alguna enfermedad o accidente. Aunque aún no se han conseguido dispositivos que sean igual de eficaces que las extremidades naturales, lo cierto es que la ingeniería ha evolucionado mucho en los últimos años. Un último avance realizado por investigadores del EPFL Center for Neuroprosthetics ha logrado una mano biónica que permite recuperar el sentido del tacto.
Este increíble resultado ha sido publicado en la revista Science Translational Medicine. La mano biónica desarrollada por estos ingenieros permite "volver a sentir" objetos a los pacientes que la llevan, un avance importantísimo para la bioingeniería.La prótesis biónica prometía devolver el tacto a un paciente que perdió su mano hace 16 años
El afortunado que ha probado esta increíble mano biónica se llama Dennis Aabo Sørensen. Cuando tenía veinte años, sufrió un grave accidente al manipular unos fuegos artificiales en una fiesta familiar. Como consecuencia, perdió su mano. Pero hace unos meses recibió una llamada.
Aquella conversación telefónica le cambiaría la vida. Unos investigadores suizos e italianos le proponían probar una pionera mano biónica. Con 36 años, Sørensen contaba con la primera oportunidad para probar una prótesis que le permitiera recuperar (al menos en parte) la sensación del tacto: poder volver a tocar objetos y notar su textura. Algo que puede resultar trivial para muchos en nuestra vida diaria, pero que no lo es en realidad.
Como os contamos hace un año, el desarrollo de esta mano biónica era ya una realidad, pero faltaba probar cómo funcionaba en un paciente. En otras palabras, los científicos de la Ecole Polytechnique Federale de Lausanne tenían que pasar del laboratorio a la práctica clínica. Y los resultados que han conseguido son, sin duda, espectaculares.Unos electrodos transmiten la información eléctrica a los nervios del paciente
La mano biónica ha sido mejorada a través de la implantación de unos sensores especializados, que son capaces de detectar información que recibimos normalmente a través del sentido del tacto. ¿Cómo conseguían esto? Midiendo la tensión que soportaban unos tendones artificiales insertados en esta mano biónica, eran capaces de detectar los datos sobre las distintas sensaciones.
Estos sensores también se encargaban de traducir esa información a señales eléctricas, que podían ser transmitidas posteriormente a nuestros nervios a través de unos electrodos introducidos mediante cirugía.
La conversión de los datos recibidos hasta conseguir actividad eléctrica era posible gracias al desarrollo y la implementación de unos algoritmos matemáticos. Como vemos, la unión entre computación, ingeniería y biología ha permitido un logro asombroso: Sørensen no solo podía coger objetos, sino que también "sentía" cómo eran.
Los resultados conseguidos por estos investigadores son una buena noticia para Sørensen, no cabe duda. Pero creo que de esta noticia debemos extraer otro punto positivo: la ciencia multidisplinar y aplicada es una posibilidad real, y si está enfocada a solucionar problemas real, puede ayudar muchísimo a mejorar la salud de las personas.
El ejemplo de la mano biónica es una buena muestra de cómo la investigación ha dejado de ser impulsada por grupos de manera individual. Cada vez es mayor el número de científicos que, en el ámbito de la biomedicina, colaboran para conseguir mejores resultados de manera más rápida.El éxito de la mano biónica es fruto de una colaboración científica internacional y multidisciplinar
La mano biónica fue desarrollada por investigadores del EPFL Center for Neuroprosthetics de Suiza, junto con la Scuola Superiore Sant'Anna de Pisa en Italia. Pero la investigación conjunta fue más allá: necesitaron del apoyo de médicos del Gemelli Hospital en Roma para realizar los primeros ensayos clínicos, donde Sørensen fue intervenido quirúrgicamente para que le implantaran unos electrodos.
A su vez, estos electrodos ultrafinos y precisos fueron construidos en un laboratorio alemán, supervisado por el grupo de Thomas Stieglitz en la Universidad de Freiburg. En otras palabras, el esfuerzo científico de tres países permitió que un paciente volviera a recuperar el sentido del tacto. En resumen, los problemas médicos de hoy en día pueden ser solventados si la ciencia avanza de manera conjunta e interdisciplinar, como ha sucedido en el caso de éxito de esta mano biónica.