Es sorprendente cómo han cambiado las cosas en los últimos meses. Un solo evento ha bastado para modificar bastante la opinión pública en relación a una tecnología que se ha venido gestando desde inicios del año pasado, y que finalmente parece estar madurando lo suficiente como para comenzar a entrar de lleno a nuestras vidas.

Este 2014 le abrió las puertas a la tecnología con un CES que nos mostró cuáles son las tendencias definitivas para el futuro tecnológico mediato. El desfile de weareables fue amplio, y casi todos los fabricantes tuvieron algo que mostrar, siendo principal protagonista el Pebble Steel. Pero de lo que hemos venido a hablar no es de la multitud de brazaletes y relojes inteligentes que vimos este año en las vegas, sino del otro eje central del evento: las pantallas Ultra HD.

Un estándar que todos han seguido

La mayoría de los fabricantes de televisores y monitores que se precian un poco, tuvieron el atino de llevar a Las Vegas por lo menos un panel con la nueva resolución estándar. Así, cuando tocó la hora de sacar balance, nos vimos inundados por pantallas 4K por todos lados. Y hacía bastante ya que no veíamos que la industria lograba ponerse tan de acuerdo con la adopción de una tecnología.

Panasonic TX-L65WT600E angle 4K

Desde hace años las pantallas con resolución 1080p ya llenan las salas de la mayoría de hogares, y con el paso el tiempo se han hecho bastante asequibles. Por tanto, los fabricantes han estado buscando un argumento para convencer a los posibles compradores de televisores de que el que está en casa ya se ha quedado viejo, y va siendo hora de dar el salto a la siguiente generación.

No se trata de algo nuevo. Tenemos bastante viendo cómo de un modo u otro lo están intentando a más no poder. El primer intento llegó con los smart tv, idea que al principio logró enamorar a muchos, pero se estancó tan pronto los usuarios vieron que podían lograr lo mismo consiguiendo un centro multimedia para su viejo televisor Full UD. Luego intentaron con pantallas 3D, pero lograron apañárselas muy bien para ahuyentar a los posibles compradores cuando comenzaron a hablar de gafas con precios ridículos y ángulos de visión casi absurdos. Desde hace años los fabricantes esperan una tecnología de relevo El más reciente intento de dar el salto generacional fue de parte de LG y Samsung. Para ello, intentaron convencernos de que el futuro está en los paneles OLED, y quizás no les falta razón. El problema es que actualmente el costo de ese tipo de pantallas es demasiado elevado para el mercado de consumo, hasta el punto de que por ahora solo los coreanos, líderes de la industria, pueden permitirse fabricarlos.

Justo cuando la esperanza parecía perdida para los fabricantes de televisores, los paneles 4K han llegado a sacarles las patas del barro. Y es que estas pantallas sí se están convirtiendo en un verdadero estándar que todos están siguiendo, siendo que además representan una verdadera mejora en el modo que consumimos contenidos. Por tanto, estamos totalmente seguros de que el 4K no es una tecnología pasajera que pasará al olvido, sino nuestro futuro mediato.

Mejor comprar mañana y no hoy

Sin embargo, si lo que te estás preguntando es si vale la pena comprar un televisor 4K, la respuesta es que no. Aunque algunas cosas han cambiado desde que hace casi tres meses Felipe nos exponía porqué comprar un televisor Full HD es mala idea, la mayoría aun siguen vigentes.

netflix 4k

El hecho es que por mucho que el 4K ha llegado para presentarse como solución ideal a los fabricantes. Aún no tenemos los medios adecuados para sacarle el máximo provecho posible. No hay videojuegos compatibles con la tecnología, y aunque Netflix ya está trabajando en servir contenidos con la nueva resolución a sus clientes, la realidad es que no todo el mundo puede costearse el ancho de banda necesario. Contenidos de fácil acceso y abaratamiento, las necesidades inmediatas De igual modo, no hay formatos físicos que permitan cargar con el impresionante volumen de datos que requiere el almacenamiento 4K, y parece que hemos llegado a una especie de punto muerte en la compresión de vídeo.

En resumen, el 4K es una realidad que más nos vale ir aceptando, pues los años venideros veremos como toda industria se vuelca a explotar la tecnología, no solo en términos de pantallas, sino también de contenidos. Sin embargo, nuestra recomendación sigue siendo mantenerse expectantes, puesto que ahora mismo no vale la pena tener una inmensa pantalla con resolución fantástica a la que no podremos sacar todo el provecho.

Seguramente para finales de año y principios de 2015 veremos madurar los contenidos para el formato, y también precios mucho más solidarios con los consumidores.