Hace unos meses recogíamos la historia del primer corazón artificial realizado a partir de tejido de vaca y componentes microelectrónicos. La compañía responsable de este innovador dispositivo biomédico era Carmat, una empresa francesa especializada en el desarrollo de biomateriales.
Sus trabajos se habían centrado en el desarrollo de un órgano funcional, en el que los tejidos bovinos pudieran ayudar a su correcto funcionamiento fisiológico. El primer trasplante de corazón artificial estaría dirigido a personas que sufrieran de insuficiencia cardíaca, un problema de salud que afecta a 20 millones de personas en todo el mundo.
Como explicábamos en julio, el modelo desarrollado era todavía un prototipo que debería ser probado clínicamente para demostrar que funcionaba. Por suerte, ese momento ha llegado. Carmat había decidido iniciar sus estudios en humanos en Bélgica, Polonia, Arabia Saudí y Eslovenia. ¿El objetivo? Probar que el primer trasplante de corazón artificial era, efectivamente, un éxito.
Primer trasplante exitoso
Tan buenas expectativas había en este proyecto que la propia Comisión Europea destinó 33 millones de euros al desarrollo de esta iniciativa. El éxito, por fin, comienza a vislumbrarse, cuando se confirma el éxito de la primera intervención quirúrgica en la que se emplea el dispositivo de Carmat.El corazón artificial incluye incluye tecnología aeroespacial
El primer trasplante de corazón artificial ha sido realizado en una persona con insuficiencia cardíaca terminal. De momento, Carmat reconoce los buenos resultados, ya que la sustitución del órgano dañado por su dispositivo biomédico permite grandes avances en el futuro.
A pesar de ello, desde la compañía francesa prefieren no echar las campanas al vuelo, puesto que "el período postquirúrgico ha sido muy breve", según Marcello Conviti, CEO de Carmat.
Las esperanzas depositadas en el trasplante de corazón artificial se basan especialmente en el impulsor del proyecto, el investigador Alain Carpentier, uno de los mayores especialistas internacionales en cirugía cardíaca. Su trabajo ha permitido que Carmat, filial del gigante empresarial EADS, especializado en tecnología aeroespacial, haya realizado esta primera prueba clínica con éxito.
El primer trasplante de corazón artificial ha demostrado que es perfectamente biocompatible, presentando además una elevada capacidad de autorregulación. No debemos olvidar, sin embargo, que este tipo de intervenciones están caracterizadas por una complejidad extrema.
Basta recordar la famosa operación del Dr. Barnard, en la que en el año 1967 trasplantó por primera vez un corazón al paciente Louis Washkansky, quien pudo disfrutarlo solo dieciocho días. La segunda persona en pasar por una intervención de este tipo, Philip Blaiberg, sobrevivió casi año y medio con el nuevo trasplante.
Por este motivo, y aunque Carmat haya dado un gigantesco paso con este avance para la medicina, lo cierto es que el trasplante de corazón artificial ha de pasar todavía por más pruebas clínicas. Solo así probará su eficacia para ser usado de manera rutinaria en el futuro en los hospitales.