NSA

No queda dudas de que Edward Snowden es uno delos nombres que más hemos escuchado durante el año 2013, y por ende, una de las personalidades más importantes y polémicas no solo de este año, sino de varios por venir. Y es que lo que hizo famoso a Snowden, quien fuera un analista de inteligencia de la NSA (agencia nacional de seguridad de los Estados Unidos), fue revelar un sinfín de secretos de dicha agencia que ponían en evidencia todos los programas de vigilancia doméstica (una manera más bonita de decir "espionaje") que llevaba a cabo la NSA con personas de todo el mundo, e incluso con políticos y diplomáticos de otros países.

El nombre de Edward Snowden fue sinónimo de problemas para los Estados Unidos y sus agencias especializadas en inteligencia, por lo que se han visto obligados a tratar de desmentir algunos datos, o sencillamente quedarse en un silencio comprometedor sobre otros hechos, y estas revelaciones sobre PRISM y más han ocasionado grandes molestias en la comunidad internacional, e incluso críticas de muchos gobiernos.

No es por nada entonces que la NSA quiere evitar la existencia de un próximo Edward Snowden, y para ello recibirán un fondo De 75 millones de dólares, aprobados por el Comité nacional de inteligencia, para mejorar sus sistemas de seguridad y confidencialidad internos. Un próximo Manning o Snowden es inaceptable para esta agencia, luego del daño público que le han ocasionado estas dos personas.

Y no es para menos, estas revelaciones han puesto en evidencia no solo a la NSA sino también incluso a la agencia de inteligencia de Reino Unido, la GCHQ, que trabajaban en conjunto en estos programas de "vigilancia doméstica".

Anunciar la verdad no debe ser considerado un crimenEvitar un siguiente revelador o "whistleblower", como se le llama en inglés, es vital para la agencia de inteligencia estadounidense. No me quedan dudas que la condena a Bradley Manning servirá como ejemplo lamentable para que próximos miembros de las agencias que quieran irse de palabras y revelar información, lo piensen dos veces, además de si llegasen a poner las manos sobre Edward Snowden, seguramente correría el mismo destino.

Mejorar sus protocolos de seguridad interna para, sencillamente, espiar a sus espías, podría evitar nuevas filtraciones como las que se vienen dando desde hace algunos años de la mano de Manning, Assange, WikiLeaks y Snowden. Pero debemos tener algo claro, la verdad siempre sale a la luz, y anunciarla, no debe ser un crimen.