Diablo III es un RPG de acción en el que, una vez más, debemos aniquilar hordas de enemigos y recoger equipo y oro de entre sus restos para acercarnos a la gran meta final de salvar el mundo de las garras de los siete males primigenios, de los cuales ya solo quedan un par. También es la prueba de que Blizzard es capaz de ver, comprender y reparar algunos de sus errores a la hora de reeditar un juego para una plataforma diferente. Este es mi análisis de Diablo III para consola.

Notas preliminares

Si has venido a leer una comparativa entre Diablo III para consolas y su equivalente en PC, no vas a encontrar eso aquí. Si has venido a escuchar una critica en la que despellejo el juego por la mala acogida que tuvo en su lanzamiento para PC, también te has equivocado de reseña. Dicho esto, muchas de las cosas que vas a leer son repeticiones, más largas y justificadas, de lo que ya pude escribir en mis primeras impresiones de Diablo III para consolas. Para empezar a agitar la controversia he de decir que Diablo 3 me ha gustado menos de los que esperaba en aquel momento. Después de probar la demo que Blizzard ofreció a la prensa, llegue a casa y precompré el juego para que me llegase el día del lanzamiento. Todos los elementos del juego que me hicieron tomar esa decisión seguían ahí el día 3 de septiembre pero, al analizar con más detalle, me he dado cuenta de que algunos detalles de Diablo III no se sostienen demasiado bien.

Nueva jugabilidad, nuevo juego

Lo más importante a la hora de hablar de Diablo III para consolas es como se ha diseñado el control del juego. Los RPG de acción como Diablo nacieron y fueron diseñados para ser jugados con ratón y teclado, de eso no cabe duda. Mientras que Baldur's Gate: Dark Alliance ya hizo un intento de trasladar este sistema a consolas y control con mando, siento que Diablo III ha ejecutado mucho mejor este concepto. Los retos eran grandes, desde el sistema de habilidades hasta los menús y el interfaz. Lo primero que se siente en Diablo III cuando lo juegas con un mando de consola entre las manos es la sensación más arcade que desprende. La interacción con nuestro héroe es más directa, más personal. Cambiar de dirección mientras caminamos porque nos hemos encontrado un grupo de enemigos resulta más inmediato, independientemente de nuestra habilidad para mover el ratón en un segundo o nuestros reflejos. Como resultado, la experiencia es un poco más casual, bajando la barrera de entrada para los neófitos del género. En lugar de sentir que damos ordenes a una unidad en un juego de estrategia, nos encontramos en pleno control del personaje. Ya no somos la mano divina que señala y le dice al héroe "ve ahí". Somos el héroe y la voluntad que guía sus pasos.

La experiencia de jugar Diablo III en consola es más casual, bajando la barrera de entrada a nuevos jugadores

Sobre esto, se añade la mecánica de evasión activa. Nuestro personaje puede rodar para esquivar en cualquier dirección usando el stick de control derecho. Esto puede restar exclusividad a algunos movimientos de la clase cazadora de demonios pero solo si se llega a un nivel de maestría altísimo. El sistema de evasión activa resulta frustrante en ocasiones ya que requiere de una sincronización impecable entre la voltereta y el ataque del enemigo en caso de que sea un golpe físico. Cobra mucho más valor más adelante en el juego, cuando los enemigos pueden realizar ataques en área o lanzar rayos de energía que no apuntan directamente al personaje. Este tipo de ataques, que normalmente se evaden haciendo un clic de ratón fuera del área afectada, ahora se resuelven más rápido ya que nuestra capacidad de reaccionar a ellos esta fuertemente incrementada. No es la panacea y a veces puede parecer que esquivar es inútil, pero ayuda a sobrevivir, especialmente en los modos de dificultad más elevados. La forma más sencilla de explicar como funciona es referirse al género de MOBA. Los ataques apuntados directamente al jugador tienden a impactar automáticamente, mientras los ataques apuntados sobre una zona del terreno, sea un área o una linea recta, son más fáciles de esquivar.diablo-3-grandeDiablo 3 tiene un refrescante sabor arcade. Mejor para jugar con amigos

Recursos limitados

Puedo imaginar como uno de los principales inconvenientes a la hora de portar Diablo 3 para consolas fue diseñar una forma de que el jugador tuviese acceso a las habilidades de su personaje con un presupuesto de botones muy limitado. Diablo III ejecuta de la mejor forma que puede, en mi opinión, de forma bastante aceptable. Las diferentes habilidades se agrupan en categorías más o menos discernibles. En el caso del hechicero, la clase que más he jugado, tenemos a nuestra disposición ataques básicos, hechizos baratos de daño constante, habilidades defensivas para mitigar daño, habilidades con efectos más explosivos capaces de causar daño en áreas más grandes a múltiples enemigos, mejoras temporales a nuestras capacidades y, por ultimo, los hechizos de maestría con sus espectaculares efectos. Diablo III te hace de guía, permitiendo equipar a cada botón, uno de los hechizos de cada categoría pero también te permite activar el modo selectivo y disponer de cualquiera de ellos en cualquier botón. También disponemos de una lista de habilidades pasivas que desbloqueamos a medida que el personaje sube de nivel, pudiendo equipar hasta tres de ellas simultáneamente. Encima de la vasta lista de habilidades, cada una de ellas puede ser equipada con una de cinco runas, que también desbloqueamos al subir de nivel. Esto permite personalizar nuestras habilidades aun más, de manera que es raro que dos bárbaros sean exactamente iguales. Como resultado, no necesitamos pensar en que habilidades queremos entrenar y cuales queremos descartar, si no que podemos cambiar todo el personaje en un instante, variando los hechizos, runas y pasivas que están equipadas.

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El otro gran desafío parecía el sistema de menús y el inventario. Diablo se ha caracterizado, desde su primera entrega, por su inventario con objetos de tamaño variable en el que hacías malabares para colocar todo lo que iba cayendo. Para hacer posible que la experiencia de juego de Diablo 3 no se resintiese este sistema ha tenido que desaparecer. En su lugar, el inventario esta limitado a un numero de objetos que se clasifican automáticamente en función de a que parte del personaje se equipen. Este menú, como la mayoría de los presentes en el juego, funciona con un sistema radial bastante cómodo aunque quizás menos intuitivo de lo debido. Para facilitar la gestión del inventario y reequilibrar el juego ya que la casa de subastas ha sido eliminada, el botín que obtenemos, especialmente de cofres especiales y jefes finales, está ajustado para ser más útil a la clase o clases que se encuentran en ese momento en partida, reduciendo la posibilidad de que caiga un objeto raro o único que no podemos equiparnos o que resulta inservible para nuestro personaje. Todos los objetos mágicos que nos caigan pueden ser reciclados en el herrero para obtener componentes para crear otros más apropiados para nuestra clase de preferencia. Así que los objetos de nuestro inventario vienen y van mucho más rápido y los que se quedan, se quedan más tiempo.

Demasiadas vueltas

Diablo 3 tiene una esperanza de vida muy variableAquí es donde me pongo del otro lado. Diablo III es un juego con una esperanza de vida muy variable. Desde sus orígenes, nunca fue pensado como un juego para terminarlo y dejarlo en la estantería, si no como una experiencia más a largo plazo. Farmear jefes finales con amigos, conseguir el mejor equipo posible y, en última instancia, llegar al máximo nivel de personaje, derrotando todos los modos de dificultad que el juego ofrece. Sin embargo, la campaña se me quedó un poco corta. Ya me esperaba la estructura en cuatro actos, con base establecida en varias ciudades y explorando diferentes entornos. Lo que no esperaba era acabar el primer nivel de dificultad, normal, con mi personaje por debajo de nivel 30. Cuando alcancé el ultimo jefe y lo maté, me sentí como si no hubiese significado nada. Demasiado fácil. El juego te felicita con una ventana emergente que dice "Enhorabuena, has completado el juego. ¿Quieres volver al menú principal?" De acuerdo que hay tres niveles por encima de ese pero esa primera vuelta en la que descubres toda la historia es la que más debe hacerte sentir como un héroe. Has ascendido de la nada a los cielos, has derrotado al malo más malo y lo único que has obtenido a cambio es un mensaje que dice, básicamente, que vuelvas a empezar.

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Así que, básicamente, necesitas repetir el juego, toda la historia, cuatro veces. Si la primera vez te saltaste los textos, podría ser que te los leyeses de esta vez pero lo más probable es que no. La historia claramente no te interesa. Los mismos jefes, los mismos mapas con las piedras, carretas, arboles y pasadizos descolocados un poco, un par de enemigos legendarios diferentes y un poco más duros pero, honestamente, lo más difícil de Diablo III es el principio, cuando tu personaje se pasea en paños menores e incluso dos cadáveres ambulantes pueden suponer un desafío a tu paciencia. No son difíciles de matar pero aguantan lo suyo. Una vez que tenemos las habilidades desbloqueadas y el equipo entero en nombre amarillo o superior, es solo un tema de saber que situaciones podemos afrontar de cara y cuales requieren de más cuidado. Esto cambia, por supuesto, en modo Inferno, donde casi ninguna pelea se puede ganar simplemente lanzándose contra los enemigos, pero para este momento, ya has dado tres vueltas completas al juego y es muy posible que el pico de dificultad te lleve antes a abandonar por completo que a cambiar a tácticas más conservadoras que las que han ido de maravilla las otras tres veces.

Los jefes finales de Diablo III son un poco sosos

Mi otro gran problema con Diablo III, por lo menos en el apartado de diseño, es la manera en que los jefes finales se presentan. El único que de verdad dejo una impresión decente fue Belial, con su cambio de forma en medio de la pelea. El resto de los jefes, incluso el último, me dejaron un sabor de boca un tanto seco, con presentaciones breves e irrelevantes y una cantidad de movimientos limitada y poco vistosa. Me esperaba peleas de proporciones épicas con enemigos monstruosos y gigantescos. De nuevo, antes de llegar a Inferno, ningún jefe final supuso un gran obstáculo. Mi queja, no obstante, no es sobre la dificultad si no la presentación. Los jefes finales de Diablo III me parecieron un poco sosos.

Mejor con amigos

Está claro que el juego online está muy extendido entre jugadores de consolas a día de hoy sin embargo, aun hay mucha gente que juega online en el ordenador pero no en su Playstation o Xbox. Con esto en mente, Diablo III para consolas está pensado para ofrecer una mejor experiencia para un solo jugador. Sin embargo, hay algo que hace aun mejor. La versión para consolas de Diablo 3 tiene una herramienta de la que su contrapartida en PC no disponía: Multijugador local. Debo admitir que Blizzard le ha dado su mejor intento y quizás el mejor intento posible. Hay algunos problemas de legibilidad debido al estilo visual del juego pero prefiero eso que tener que jugar en pantalla partida. Incluso con los círculos coloreados en torno a los pies de los personajes, los marcadores de objetivo sobre la cabeza del enemigo al que cada jugador apunta y la posibilidad de pulsar un stick y hacer aparecer un marcador adicional sobre nuestro personaje, es inevitable que, a veces, perdamos de vista lo que estamos haciendo, especialmente en el caso de las clases que pueden teletransportarse como le hechicero y el monje. A más jugadores, mas grave el problema. Solo empieza a notarse a partir de tres e incluso con cuatro, no es tan molesto. Al menos compensa.

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Por que la experiencia multijugador local de Diablo III para consolas es francamente divertida. Desde las risas casuales en los modos de dificultad más bajos, al nivel de coordinación que se necesita para acabar con un jefe final en modo Inferno cuando hay cuatro jugadores pegándole con su vida y daño escalado acorde a la situación, jugar con tres amigos, codo a codo en el sofá, es francamente satisfactorio. Pese a todos los sistemas que Blizzard ha puesto a funcionar para evitar que la mayor parte del tiempo que juegas con amigos te lo pases mirando el inventario de los otros tres, no consigue evitarlo del todo. Merece la pena mencionar el sistema de equipo rápido, mediante el cual un jugador puede revisar los objetos que ha recogido más recientemente y comprobar de un vistazo si le suponen una mejora de daño, armadura o vida e incluso equiparlos o tirarlos al suelo sin parar el juego. Por supuesto los factores más sutiles de cada pieza como el robo de vida por golpe o la regeneración de maná (o la energía correspondiente) que ofrecen, deben ser revisados abriendo el menú, lo cual, lamentablemente, detiene la partida para los demás jugadores.

Detalles técnicos

No puedo cerrar sin mencionar algunos detalles que afectan en mayor o menor medida a la experiencia de juego. No me gusta hacer esto pero debo señalar que la versión de Diablo 3 para Xbox 360 maneja un poco mejor el modo multijugador local. Jugando en la versión para PlayStation 3 encontramos momentos en los que la imagen se congelaba brevemente en momentos en los que tres jugadores estaban en pantalla haciendo cosas a la vez, especialmente al utilizar habilidades con efectos visuales grandes. La versión de Xbox 360 no tiene este problema, al menos no lo suficiente como para haberlo notado.

Jugar online en XBox requiere cuenta gold mientras que el multijugador local de PS3 tiene problemas de carga

Por otra parte, como todos los juegos con capacidad online en Xbox 360, Diablo III requiere una cuenta de Xbox Live Gold para poder jugar en internet. En el caso de tener varias personas en la misma Xbox, todas las cuentas que estén siendo utilizadas deben contar con suscripción gold para unirse a una partida online. En este aspecto, la versión de Diablo 3 para PlayStation 3 no requiere suscripción para ser jugada a través de internet. Esas son, a grandes rasgos, las diferencias entre tenerlo para una consola u otra. Si ya estas pagando una suscripción a Xbox Live Gold, comprar el juego para este sistema te va a dar una versión sin parones. Es muy posible que Blizzard lance un parche para la versión de PlayStation 3 pero de momento, el problema sigue en pie.

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El resto de mis quejas menores tienen que ver con el doblaje y los subtítulos. Las entradas de diario que recogemos de forma opcional a medida que progresamos en el juego no están subtituladas y es fácil que el ruido de la batalla interfiera con nuestra capacidad para escuchar lo que la voz está diciendo. También puede pasar que en medio de escuchar una de estas entradas opcionales, nuestro seguidor o un personaje no jugador que nos esté acompañando tenga algo que considera importante que decir, momento en el cual su diálogo prima sobre el texto opcional, deshabilitándolo. Podemos revisar todas las entradas desde el menú si nos hemos perdido algo pero no deja de ser molesto tener que hacerlo.

Conclusión

Para concluir, Diablo III para consolas es un juego notable pero corto y un gran paso adelante desde su versión para PC. Da gusto ver como Blizzard se enfrenta al problema de portar el juego, logrando que resulte una experiencia más satisfactoria y entretenida. Si disfrutaste de la versión en PC de Diablo III, deberías darle un intento a la versión para consolas. No digo que vuelvas a pagar el precio completo pero si alquilarlo para ver las diferencias. Si no jugaste a la versión original, quizás merezca la pena que te plantees probar esta.

Juégalo si:

No jugaste al original por la mala prensa que recibió o por no tener un ordenador suficientemente potente Tienes tres amigos con los que jugar la campaña en multijugador local * Repetir la misma misión cientos de veces para conseguir mejores objetos te parece divertido

No lo juegues si:

Te aburres de los juegos que empiezan lento Te da igual el botín, solo quieres escuchar una buena historia * Buscas una experiencia hardcore al estilo Diablo II

Tres motivos aleatorios para comprarlo:

Algunos de los diálogos entre tu personaje y los seguidores son hilarantes Conseguir el bonus de experiencia por matar cien enemigos seguidos * Matar a un esqueleto genérico y que te tire una daga legendaria

Pros

  • Excelente adaptación de un sistema nativo de PC. Muy divertido para jugar con amigos

Contras

  • Historia corta y plana que debes repetir varias veces. Problemas gráficos en PS3