Seguro que todavía no eres consciente de que tienes una cita el 12 de diciembre de 2014 en tu sala de cine habitual. Puedes ir reservando entrada, porque no estoy hablando del festival de música electrónica homónimo que se celebra en Bélgica, sino de un estimulante proyecto cinematográfico. Por mucho que ames u odies a cualquiera de los dos nombres que están detrás de este proyecto, seguro que te pasa lo contrario con el otro. Estoy hablando del guionista estrella del momento, Damon Lindelof, capaz de lo mejor (Lost, Star Trek, Word War Z y Star Trek Into Darkness) y lo peor (Cowboys & Aliens y Prometheus) y del querido cineasta Brad Bird (The Giant Iron, The Incredibles, Ratatouille y Mission: Impossible - Ghost Protocol –aunque no necesita presentación porque es fantástico, estupendo y divino de la muerte). De la misma manera que la atracción de un parque temático servía de inspiración para Pirates of the Caribbean —mentira fue el videojuego Monkey Island—, lo que originalmente era un área temática de Disneyland, basada en el futuro e inspirada en varios relatos de ciencia ficción, ha servido ahora para desarrollar un nuevo proyecto cinematográfico: Tomorrowland.
Los datos confirmados
A pesar de que en D23, la exposición bianual que Disney celebra desde 2009, acaban de publicar un logo con el título de la película, mínima ha sido la información que nos ha llegado hasta ahora sobre Tomorrowland, más allá de que se trata de una aventura de acción en futuro distópico. Por un lado sabemos que Lindelof no será el único guionista, puesto que el guión también estará firmado por Jeff Jensen, actor y doble de acción reconvertido en guionista y director de filmes como Fallacy y Velocity —que seguro se llevará todas las culpas en caso de que este futuro no acabe siendo tan brillante como auguran—, aunque también podría tratarse, simplemente, del autor de alguna de las versiones por las que ha pasado el proyecto.
En lo que respecta a su reparto, si George Clooney interpretará al protagonista, Hugh Laurie se pondrá en los zapatos del antagonista, el tipo malo, como casi no podía haber sido de otra manera. Si viste Snow White and the Huntsman y te dio tiempo de fijarte en la actriz que hacía de Blancanieves cuando todavía era una niña, podrás ponerle cara a Raffey Cassidy, que dará vida a un robot que emula la imagen de una niña. Britt Robertson y Thomas Robinson completan el reparto, con la reciente incorporación de Judy Greer —aspirante a convertirse en musa geek, si tenemos en cuenta que sus próximas apariciones incluyen títulos como el remake de Carrie y Dawn of the Planet of the Apes, antes de dejarse ver en Tomorrowland.
Las vueltas del proyecto
Inicialmente estaba previsto el lanzamiento de Tomorrowland para 2010, lo que da cuenta de lo largo y azaroso que debe haber sido su proceso de gestación. La liebre la soltaban Jon Lucas y Scott Moore, guionistas de The Hangover (y sus secuelas), durante una fiesta de promoción de su película, allá por 2009. Uno de ellos describía el proyecto como una especie de "Piratas del Caribe en el espacio", desvelando que su protagonista es un piloto de pruebas de la época actual, que en uno de sus vuelos viaja accidentalmente 350 años adelante en el tiempo. Mientras trata de adaptarse a los tremendos avances tecnológicos de su nueva realidad, algunos de sus nuevos colegas llegan a la conclusión de que se trata de un viajero del pasado que ha venido al futuro con el propósito de destruirlo.
Para unos está cerca de Close Encounters of the Third Kind, par otros de Star Wars
Según ellos la diferencia del proyecto con respecto a las películas de ciencia ficción actuales viene marcada porque en lugar de mostrar un futuro asolado y postapocalíptico, estaríamos ante el mejor futuro imaginable, en el que la tecnología está al servicio del usuario. En el momento en que Bird y Lindelof entran en el proyecto, comienzan a surgir teorías sobre el nuevo aspecto que va tomando. Mientras unos aseguran que está en la línea de Close Encounters of the Third Kind, otros apuntan más hacia Star Wars. Aunque a un servidor le suena casi más a The Wizard of Oz, sobre todo si tenemos en cuenta la variación que se apreciaba en una mínima sinopsis oficial que nos habla ahora de una adolescente, un inventor y un humanoide que tratan de averiguar lo que sucedió con un lugar que denominado Tomorrowland, del que fuera expulsado el inventor cuando era joven y que existe en una dimensión alternativa, siendo su noble propósito el de salvar la tierra.
La situación actual y lo que podemos esperar
Conocido por todos por su capacidad para crear hype sobre cualquier proyecto en el que está involucrado, el inefable Damon Lindelof, avanzaba en una entrevista lo poco que sabríamos de la película hasta que se acerque su estreno. Actualmente el equipo de producción trabaja, sobre todo, en la campaña viral de Tomorrowland y en definir cuales son los aspectos de la atracción de feria que se desarrollarán en la película, en lo que denomina el 'efecto del Código Da Vinci': lo habías visto pero no sabías por qué estaba ahí —algo que sólo podrán descifrar los que visiten el parque temático. Lo que asegura Lindelof es que las generaciones que crecieron con Star Wars, Blade Runner o The Terminator van a estar encantados con Tomorrowland. Al menos no menciona Alien.
No creo ser el único que se dejó engañar con sus palabras cuando comentaba cómo había convencido a Ridley Scott para que se involucrara en Prometheus. Por lo que sí, puedo estar atento a lo que diga el ilustre guionista, pero prefiero esperar a ver los resultados de la aproximación visual que haga de sus textos Brad Bird, quien hasta la fecha. Más que nada porque, así, a priori, no me estimula demasiado un argumento basado en un parque temático, por mucho rendimiento que le haya sacado Disney a Pirates of the Caribbean. De lo que no cabe duda es de que, por mucho que quieran promocionar su atracción de feria, lo que perdurará en el tiempo será la película, tal y como auguraba Hayao Miyazaki en Sen to Chihiro no kamikakushi (El viaje de Chihiro), por lo que esperaremos para comprobar con qué nos sorprenden.