Tim Cook. Dicen de él que es un hombre calmado, educado y dedicado por completo a Apple. Algunos de sus ex-empleados también dicen de él que se parece a Steve Jobs más de lo que aparenta a simple vista, incluso en su aspecto de distorsión de la realidad. En estos meses como CEO ha demostrado sus cualidades ampliamente, y se ha ganado la confianza de muchos de nosotros, algo que ya comenzó allá por 2009 con la siguiente anécdota sobre Tim Cook.
Durante el segundo período de convalecencia de Steve Jobs, Cook actuaba como CEO en funciones. En enero, durante la conferencia de resultados financieros de ese trimestre, demostró que Apple era más que un solo hombre, y que su filosofía seguiría perdurando. Esta anécdota sobre Tim Cook extraída de la biografía oficial y a la que la prensa anglosajona denominó La doctrina de Tim Cook, me recuerda a Jobs en todo su esplendor:
Creemos que estamos en este mundo para crear grandes productos, y eso no va a cambiar. Nos centramos constantemente en la innovación. Creemos en la sencillez y no en la complejidad. Creemos que necesitamos poseer y controlar las tecnologías primarias que se esconden tras los productos que creamos, y que solo debemos participar en aquellos mercados en los que podamos realizar una aportación significativa. Creemos en el valor de decirles que no a miles de proyectos para poder centrarnos en los pocos que realmente son importantes y valiosos para nosotros. Creemos en una colaboración profunda y en la polinización cruzada de nuestros grupos, lo que nos permite innovar de formas que a otros les están vetadas. Y, francamente, no estamos dispuestos a aceptar nada por debajo de la excelencia en cada uno de los grupos de la empresa, y tenemos la sinceridad suficiente para reconocer cuándo nos hemos equivocado, y el valor para cambiar. Creo, independientemente del puesto que ocupe cada uno, que estos valores se encuentran tan firmemente arraigados en esta compañía que a Apple le va a ir extremadamente bien.
Las palabras de esta anécdota sobre Tim Cook dejaban a todo el mundo sorprendido, el propio Jobs no sabía si estar orgulloso o dolido ante la posibilidad de que fuera cierto. Unos días después Steve acudió por sorpresa a una reunión del consejo, con más ganas que nunca de seguir innovando y a finales de junio había retomado sus funciones plenamente.