Hace unos pocos días recibía el tiro de salida en IndieGogo el Ubuntu Edge, el primer smartphone propio de Canonical unos meses después de haber lanzado Ubuntu Phone OS a principios de año. Un sistema operativo basado en la filosofía de su homólogo de escritorio: software libre y gratuito basado en la colaboración entre sus usuarios. Y que ahora Canonical pretende impulsar con la creación de su propio smartphone. Un smartphone que no va a salir nada barato, y que necesita una inversión extremadamente alta: 32 millones de dólares en un mes. A mi juicio, muerto antes de despegar.

Contexto

He de empezar diciendo que me parece magnífica la propuesta de Canonical. Arriesgada, innovadora (Android no es realmente libre, pese a la creencia popular), y con cierto nicho más o menos asegurado. Creando un smartphone a su medida se ahorran incompatibilidades e incluso problemas de fragmentación para cualquier usuario. Además, ofrecen algo relativamente distinto, para bien o para mal, y es que el Ubuntu Edge llevará una distribución de escritorio que permitirá conectarlo a una pantalla y usarlo como un ordenador, gracias también a sus especificaciones.

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¿Es esto suficiente? Quizás sí, en el mercado, pero llegando como un proyecto que recurre al crowdfunding, y con las limitaciones que veremos ahora, el Ubuntu Edge no pinta nada bien. No sé si llegará a conseguir su objetivo de recaudación, pero contando con que lo consiga, tiene demasiados obstáculos creados por él mismo como para triunfar.

32 millones es demasiado

A todos fue lo primero que nos impactó. Más que el dispositivo en sí, más que la propuesta de Canonical, nos llamó la atención el hecho de que tuvieran que conseguir 32 millones de dólares en 30 días. De momento van bien, llevan (en el momento de escribir estas líneas) casi 6 millones en tres días, gracias a 12.000 financiadores. Cuatro de ellos han contribuido con el paquete de 10.000 dólares, y el de 675 está ya agotado. Pero este tipo de campañas tienen un tirón inicial fortísimo que de desvanece al poco tiempo. No tengo ningún interés en que sea así, pero no hay señales que indiquen lo contrario.

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800 dólares es demasiado por 'esto'

El precio medio del dispositivo está en torno a los 800 dólares. El precio estándar de un gama alta recién salido al mercado está en torno a los 650 dólares, como los iPhone 5, HTC One, Nokia Lumia 920 en su momento, etc. El Samsung Galaxy S4, por unos 700, ya nos pareció que se pasaba de caro, aunque no tardó en comenzar a bajar su precio. El Ubuntu Edge va a salir por unos 800 dólares, una barbaridad. Un riesgo excesivo con su precio cometido desde Canonical.

Y es que no sé quién puede querer pagar 800 dólares, el smartphone más caro del mercado, por un terminal sin ecosistema de aplicaciones, con un sistema operativo en fase embrionaria, y cuyos primeras unidades se enviarán dentro de casi un año, en mayo de 2014. Sencillamente, hay muchos impedimentos para que la idea de hacerse con uno ahora no haya que repensarla, cuando no desecharla.

Ubuntu Edge

Firefox OS tiene el apoyo de las operadoras

El gran rival de Ubuntu Phone OS, por su filosofía libre y abierta, es Firefox OS, que como ya sabemos, tiene a las operadoras de medio mundo de su parte. Las cuales no han dicho una palabra de Ubuntu Phone OS, ni hay señales de que lo vayan a hacer. A ello hay que sumarle que Firefox OS ha empezado a construirse de abajo a arriba: empezando por la gama baja, por smartphones de entrada para llegar primero a quien no tiene un smartphone todavía. También está publicitado como el 'smartphone democratizador', que llega para hacer posible la implantación de los smartphones en países emergentes, donde la gran mayoría de la población no puede acceder a uno demasiado costoso.

Firefox OS

Demasiado costoso... Como el Ubuntu Edge, que ha empezado construyendo la casa por el tejado, haciendo de su primer smartphone el smartphone más caro del mercado. Demasiado riesgo, demasiada ambición, que no les debería dar unos resultados precisamente exitosos. Aunque el nicho de geeks amantes del software libre pueda sentirse muy atraído por él. Además, tiene especificaciones bastante buenas, sobre todo en el apartado de RAM (4 GB) y almacenamiento interno (128 GB). Por lo demás, sus cámaras y pantalla (HD, no Full HD) de 4,5 pulgadas son más de lo mismo, y tampoco acaban de justificar un precio tan elevado. El resto de características llegan para su función de ordenador conectándolo a un monitor.

Ojalá, pero no

Repito: ojalá Ubuntu Phone OS y Ubuntu Edge triunfen, y tengamos un nuevo actor en el mercado de los sistemas operativos. Y además, que realmente innove respecto a lo ya visto, tanto por ser realmente abierto, como por la capacidad de llevar instalada una distribución de escritorio y poder ser usada como un ordenador conectándolo a una pantalla vía HDMI. Pero algo falla, empezando por su precio desorbitado que apunta a una gama alta muy acotada e implantada, y continuando por una campaña de financiación que puede sugerir en realidad que Canonical no encontró un fabricante interesado en el proyecto. Quizás más adelante veamos una estrategia más convincente. Pero parece que a fecha de hoy, no.

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