Cuando hablamos de videojuegos para smartphones suelen venirnos a la cabeza varios títulos que se postulan como el referente en todas las plataformas: Cut The Rope, Real Racing o Temple Run son sólo algunos ejemplos. Pero hay otros de los que no hemos oído hablar tanto, de hecho no tienen tantas descargas y que en cambio derrochan creatividad. En este caso, The Sandbox es uno de ellos. No sólo por la creatividad a la hora de crearlo si no por la que hará que nosotros, como jugadores, desarrollemos.

Jugar a The Sandbox es jugar a ser Dios. Un Dios pixelado, por cierto, que tendrá que demostrar que se desenvuelve con soltura a la hora de postularse como una especie de alquimista capaz de crear las condiciones meteorológicas, físicas y químicas para conseguir su cometido. El planteamiento del juego es bien simple: se trata de ir creando las condiciones necesarias para lograr un objetivo concreto, ya sea fuego, hielo, lluvia, lava o cristal.

Partimos de la base, eso sí de que The Sandbox tiene dos modos de juego bien definidos. Un modo libre en el que el jugador, haciendo uso de las herramientas necesarias, podrá crear lo que quiera en The Sandbox y otro en el que mediante pantallas se nos irán planteando retos que se irán complicando a lo largo de los 30 retos que componen el modo historia, además de algunas pantallas especiales que nos servirán para conseguir manas, la moneda oficial del juego.

La historia de The Sandbox

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Cuando empiezas a jugar a The Sandbox y descubres esa estética tan Minecraft, saltan las alarmas. Por una parte, sabes que puedes estar ante algo bueno de verdad pero por otra, tienes miedo a que sea algo absurdo que está intentando aprovechar el tirón que está teniendo Minecraft de nuevo. Pero no, The Sandbox no decepciona y tras pasar la primera pantalla sigues escéptico pero no puedes evitar seguir jugándolo. Así hasta que descubres que estás a mitad del modo historia pagando para adquirir manas que te permitan lograr esa herramienta que tanto te va a facilitar las cosas. Sencillamente, adictivo.

La clave es, probablemente, la simpleza de The Sandbox. Convertirse en Dios nunca había sido tan fácil, divertido y educativo. Con un sólo dedo puedes jugar a todo el juego y la interfaz es muy intuitiva. En ocasiones, y a medida que se va complicando The Sandbox, encontraremos que las misiones se van complicando más y más, cosa que despertará en nosotros ganas de aprender e incluso buscar en internet cómo conseguir solventar la situación. Prueba de ello ha sido encontrarme a mí mismo buscando en internet para descubrir la forma de conseguir cristal con sólo arena y agua.

El modo libre, la auténtica baza de The Sandbox

Conseguir pasar por todos los niveles del modo historia es sinónimo de conseguir todos los elementos y variantes climatológicas para utilizar a tu gusto en el modo libre. Y esto, amigos, es sinónimo de diversión. Pasarte por el modo libre y experimentar entre reacciones es una de las mejores bazas de The Sandbox.

La libertad, por supuesto, debe ser bien gestionada y The Sandbox es un buen ejemplo de ello. El modo libre te permite hacer lo que quieras y, aunque aparentamente estés ante una pantalla vacía, pronto descubrirás que hacer lo que quieras nunca había sido tan divertido, o al menos de esta manera. Es algo así como cuando perdias la tarde construyendo montañas rusas en el Roller Coaster.

El modelo Freemium

The Sandbox

Otra de las ventajas de este divertido juego es que empezar a jugar no te costará un céntimo. The Sandbox incorpora un sistema freemium que, en mi opinión, funciona muy bien. En primer lugar porque no engañan a nadie, te puedes pasar todo el juego sin pagar un céntimo por él, puedes conseguir Manas sin tener que pagar o puedes pagar para conseguir más e incluso adquirir un pack que los incluye todos. Pero no hace falta, de hecho, es más divertido optar por la versión gratuita y disfrutar de The Sandbox sin ayuda extra. Pero lo llamativo de esto es que el juego no te impone nada, tienes libertad y los anuncios no son intrusivos. El juego está disponible para iOS y para Android y, como he mencionado, es de descarga gratuita. Definitivamente, merece la pena la descarga.