Netflix ha presentado los resultados financieros correspondientes al segundo trimestre de su año fiscal 2013. En ellos, la compañía anuncia ingresos de 1.070 millones de dólares y 630.000 nuevos suscriptores registrados. Pero lo importante de los resultados de Netflix no son sólo las cifras, sino cómo han llegado a ellas: gracias al contenido propio y a su apuesta por el streaming.

Lo mejor es que esto empieza a no ser algo nuevo. No es la primera vez que la empresa supera la barrera psicológica de los 1.000 millones de dólares en sus resultados (ya lo hizo el trimestre anterior y es de esperar que no sea la última.

Además, el mercado responde. Según se puede ver en los resultados de Netflix, el servicio ya tiene 29,81 millones de suscriptores en Estados Unidos, tras sumar 630.000 a lo largo del trimestre. Es decir, en unas semanas se superarán los 30 millones, a los que habría que unir los 7,75 millones de usuarios internacionales. Como cabría esperar, los suscriptores de su red de distribución de DVD continúan bajando. El formato físico está anticuado.

El éxito de Netflix tiene dos pilares. Por un lado, está la apuesta por el streaming, que ya pocos consideran algo marginal. Los usuarios quieren ver los programas cuando quieran y como quieran y no estar atados a las restricciones que ponen las cadenas. Netflix siempre ha ofrecido esto. Además, ha tratado de innovar con una mayor calidad y con nuevas funciones, como la posibilidad de ver distintos programas con una misma cuenta (hasta 4 en su plan familiar).

Por otro lado está la que hasta el momento es su mayor revolución: producir su propio contenido de calidad. House of Cards y Arrested Development tienen gran parte de la culpa de que en los seis últimos meses se haya aumentado la base de suscriptores en 2,66 millones (5,87 millones a lo largo del último año). Hasta ha habido un aumento considerable en este segundo trimestre, el más flojo tradicionalmente, respecto al mismo período del año anterior, probablemente debido a esta segunda serie.

El modelo de Netflix debería ser seguido por la industriaEste continuo aumento de suscriptores que reflejan los resultados de Netflix no sólo es bueno para la compañía, sino que debería serlo para la industria. El modelo de Netflix, libertad para el espectador, en lugar de trabas, debería ser el modelo a seguir. Y más aún cuando cada vez es más evidente que hay clientes dispuestos a pagar por ello.

Es más, da el suficiente dinero como para invertir en la creación de contenido propio. Y este contenido, no lo olvidemos, ya ha hecho que la empresa entre en la historia de la televisión al lograr que una de sus series, House of Cards, sea nominada al Emmy a la mejor serie dramática. Kevin Spacey, Robin Wright y Jason Bateman también han obtenido nominaciones.

La buena noticia (para usuarios, mercado y Netflix) es que la apuesta continúa. A lo largo de los próximos meses se estrenarán nuevas series propias que irán dirigidas a un público diverso; desde dramas adolescentes a una serie de animación. Todo ello, sin descuidar los retos técnicos. Ya han conseguido la atención de los espectadores; ahora sólo falta que consigan la de la industria.

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