Es probable que este viernes se presente en el Consejo de Ministros el anteproyecto de la nueva ley de Propiedad Intelectual, en ella se ataca directamente a la copia privada en España, ya que, quien compre y descargue un e-book, música, cine o videojuegos no podrá compartirlo con nadie más. Considera la copia privada entre dos o más particulares como una actividad pirata y la limita a un uso exclusivo de su comprador.
Con esta nueva ley, será un delito que un usuario compre legalmente una película, un e-book, un disco de música o un videojuego y se lo ceda a un conocido en una memoria USB, un CD etc. Al completar esta acción privada, el comprador se convertiría automáticamente en un pirata. Esto no ocurría actualmente, ya que, la Ley de Propiedad Intelectual permitía la copia privada entre distintos usuarios si no había ánimo de lucro. Es una de las brechas abiertas entre la cultura tal y como la conocíamos y el soporte digital. Cuesta imaginar a alguien comprando un libro físico, un CD, una película o un videojuego, y tras un tiempo prestárselo a un amigo y ser perseguido por ello o tachado de criminal.
Esta modificación podría tratarse de algo más que una medida de controlar la piratería, según fuentes de la industria digital, el Gobierno estaría buscando una forma de disminuir la cantidad de dinero que paga a las gestoras de derechos en concepto de canon digital.
De todos modos, no se especifica de que manera van a poder controlar este tipo de acciones privadas. Ahora mismo cuesta imaginar a un policía cacheando a una persona y revisando sus discos duros en mitad de la calle o parando un coche en una carretera, pedir la documentación y posteriormente revisar la música que se está reproduciendo, cotejando los datos de compra de iTunes, por ejemplo.
El debate sobre la copia privada y la Propiedad Intelectual sigue expandiéndose, recientemente vivimos el caso de la Xbox One y su polémica decisión con el préstamo y la segunda mano. El equilibrio entre copia privada y piratería parece un videojuego que no tiene fin, en el cual no existe una solución que pueda satisfacer a ambas partes.