El periódico The Washington Post ha desvelado este jueves que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) y el FBI espían a los ciudadanos norteamericanos en la Red gracias a un programa secreto con nombre en clave PRISM. Según el rotativo, las dos agencias de seguridad rastrean millones de conversaciones, correos electrónicos, fotografías, transacciones con tarjetas de crédito y todo tipo de información personal directamente desde los servidores de nueve de las principales compañías de Internet en los EEUU y de una gran compañía de telecomunicaciones, tales como Microsoft, Google, Facebook, Skype y Verizon.

El diario de la capital norteamericana publicó durante la pasada noche un extenso artículo donde se asegura que los investigadores del FBI y la NSA extraen “chats de audio, videos, fotografías, documentos, correos electrónicos y registros de conexión con el fin de hacer un seguimiento a un objetivo o trazar una red de colaboradores de éste”. Además, el diario aseguró que “el programa, de nombre en clave PRISM, no se ha hecho público en ningún momento, aunque lleva operando desde 2007”.

Pese a que muchos de nuestros lectores pueden escandalizarse con la noticia, lo cierto es que las acciones de las agencias de seguridad son completamente legales, gracias a la Ley Patriota aprobada por el ejecutivo de George W. Bush tras los atentados del World Trade Center en 2001. Esta Ley permite al gobierno federal la obtención de cualquier tipo de información personal basándose en que es algo esencial para la lucha antiterrorista y la prevención de atentados.

Una fuente cercana al rotativo norteamericano asegura que la investigación ha podido realizarse después de que el propio The Washington Post y el periódico británico The Guardian hubiesen recibido un documento powerpoint que al parecer era utilizado para adiestrar a los agentes de inteligencia en el uso de PRISM. En este documento se describe que la obtención de datos se realiza directamente desde los servidores centrales de las compañías proveedoras de servicios en los EEUU, por lo que se deja entrever que el programa se ejecuta con la ayuda de éstas.

Pero ahí no acaba, ya que PRISM sería capaz de recopilar información de usuarios de esas empresas en cualquier parte del mundo, por lo que la jurisdicción de la Ley Patriota no sería un problema moral para la NSA y el FBI en su ‘lucha contra el terrorismo y los crecientes y perturbadores peligros que se esconden en la Red’.

Debemos recordar que desde que se aprobó la Ley Patriota el 26 de octubre de 2001 éste no ha sido el primer escándalo derivado del supuesto abuso de poder que ejercita el gobierno federal, sin embargo no parece haber sido demasiado efectiva, ya que los atentados en territorio americano no han cesado. La última evidencia de ello es el lamentable atentado del Maratón de Boston, que se cobró la vida de 3 personas y dónde otras 282 resultaron heridas.