Wikipedia

La Ley HADOPI, considerada como el primer sistema de lucha contra la piratería en la red, fue polémica desde su aprobación por el gobierno de Sarkozy. Su promulgación en 2009 significó no solo el establecimiento de un nuevo marco jurídico en Francia sobre la propiedad intelectual, sino también la creación de una auténtica agencia burocrática, más cercana a la vigilancia policial, con el objetivo de defender los derechos de autor en Internet.

HADOPI tenía como premisa controlar y sancionar a los ciudadanos por las descargas que realizaran a través de la red, con el famoso sistema de los tres avisos. Buscaba, entre otras cosas, monitorizar las conexiones de los clientes de los proveedores de internet, para así tratar de encontrar contenido protegido por derechos de autor. No solo eso, sino que los usuarios podían ser sancionados en el caso de que terceras personas utilizaran su conexión para descargar material amparado por las leyes de propiedad intelectual.

Tras el conocido como informe Lescure, el nuevo gobierno francés de François Hollande ha decidido suspender las sanciones más importantes que incluía la ley HADOPI, entre las que destacaba la suspensión del servicio de Internet. Además, las multas económicas se rebajarán a una cantidad fija mucho menor, en torno a los 60 euros.

Tras la derogación de otras normativas realmente polémicas, como SOPA o PIPA, esta es sin duda una buena noticia para los detractores de la ley HADOPI. La propuesta de Sarkozy, a pesar de cubrir en principio solo el espectro de las P2P, buscaba cómo bloquear los sitios de descarga directa (cyberlockers) o nuevas soluciones para las páginas de streaming. Una normativa jurídica aberrante para todos aquellos que defienden el equilibrio justo entre la protección de los derechos de autor y la libertad en red de los usuarios.

Sin embargo, el informe Lescure no está exento de polémica. Este documento deja abierta la puerta al posible bloqueo de páginas web, además de no dejar nada claro qué ocurrirá con las licencias de tipo Creative Commons. Esto es debido a que el informe sugiere que el "intercambio no comercial de obras culturales debe ser legalizado", lo que podría suponer la introducción de tasas sobre este tipo de licencias.

Por ello, aunque aún quedan bastantes sombras sobre el futuro de la propiedad intelectual y la libertad de la red en Francia, hoy es sin duda un buen día para celebrar la derogación de buena parte de las polémicas medidas que incluía la ley HADOPI. Habrá que ver si en España se siguen los pasos del país vecino, o por contra seguimos empeñados en la introducción de normativas como la ley Lasalle, que flaco favor hacen a la ciudadanía.