En el evento de la presentación de PlayStation 4 quedó demostrado como Sony nuevamente sorprende en calidad gráfica. La calidad de detalle, textura y sombras en cada vídeo de supuesto gameplay que presentaron para el nuevo KillZone, Watch Dogs o el próximo título de la saga Infamous, fue casi increíble. Pero incluso en la generación actual de consolas se cuentan con gráficos asombrosos, y ni hablar del potencial de unir dos de las más modernas tarjetas gráficas en un PC para juegos.

Aún así nace la pregunta: ¿Son los gráficos lo único que importa en los videojuegos? Y la respuesta es muy sencilla: No.

De hecho, la calidad gráfica debe quedar desplazada al segundo lugar de importancia o para algunos incluso el tercero, por debajo de la historia y la jugabilidad. Simplemente es ilógico que un juego sea más valorado por "el efecto y realismo del fuego luego de una explosión" antes de por la historia que nos cuenta, la trama y cuánto disfrutamos el desarrollarla.

Esta duda nace gracias a que esta semana los responsables de Crytek, estudio creador de la reconocida saga de juegos de acción y disparos que lleva el nombre de Crysis, aseguraran que "los gráficos son lo más importante en un juego", atreviéndose a cuantificar el nivel de importancia de cada cosa, dando a la calidad gráfica la mayoría con "el 60%".

"Quien dude de la importancia de los gráficos, lo invitamos a jugar Crysis 3"

Cevat Yerli, uno de los creativos de estos estudios sencillamente invita a las personas que dudan de que los gráficos son importantes a que jueguen Crysis 3, para que comprueben lo contrario. Yo lo he jugado, y sí, el juego sorprende en lo visual y tiene algunas características que lo hacen bastante divertido, pero en mi caso sería incapaz de poner el apartado visual de este juego por encima de grandes obras en este ámbito de los años 90, que me hacían vivir una historia más que cualquier otra cosa.

Aún así, conocemos títulos (y estudios) que gustan de ofrecer espectaculares historias junto a espectaculares gráficos. Podemos tomar el caso de los estudios de Quantic Dream, responsables de juegos tan grandiosos como Heavy Rain, que prácticamente es una película interactiva, o el caso de Metal Gear Solid, saga que nace de la mente del gran Hideo Kojima, que con cada historia nos sorprende más. O el caso más reciente, el nuevo hijo de Ken Levine: BioShock Infinite, una obra de arte como juego de este año cuyo análisis lo demuestra muy bien.

¿No existen actualmente juegos que pongan primero trama y jugabilidad antes de calidad gráfica? Sí, y muchísimos, especialmente bajo la responsabilidad de desarrolladores independientes, desde donde hemos visto nacer grandes obras como Bastion, Deadlight, Hotline Miami e incluso desde estudios medianos los reconocidos y galardonados Journey y el juego de The Walking Dead.

Aunque es innegable que disfrutamos de ver nuestros juegos con detalle e imágenes agradables o acordes a la temática, sencillamente no es necesario poner todo el empeño del desarrollo en el apartado gráfico y así descuidar el desarrollo de una trama que podría ser épica, y que finalmente es lo que más nos queda al haber pasado por completo la campaña o modo historia de un videojuego.

La saga Crysis se hace divertida y siempre ha sido reconocida por ser de los mejores juegos FPS en el apartado gráfico que existen, pero aún así, en muchos años seguiré recordando mis aventuras en la ciudad de Hyrule o mientras me infiltraba en torres de la ciudad de Dunwall, más que cualquier partida de multijugador en un juego de acción, y estoy seguro de no ser el único que piensa de esta forma.

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