Thorsten Heins, CEO de BlackBerry, habló recientemente del futuro de las tabletas. Y, en su opinión, será bastante oscuro, pues cree en cinco años podrían haber desaparecido. En concreto, según recoge Bloomberg, cree que "no habrá un motivo" para poseer uno de estos dispositivos.

Estas declaraciones, hechas durante una conferencia en el Milken Institute, podrían suponer la desaparición de la gama PlayBook, la tableta de la compañía. Lo cierto es que este equipo nunca llegó a levantar el vuelo y plantar cara a rivales como el iPad, pero había ciertas esperanzas de ver un nuevo modelo con BlackBerry 10, el nuevo sistema operativo de los canadienses.

Sin embargo, las palabras de Heins parecen enterrar esta posibilidad. Especialmente después de que asegurase que "las tabletas no son un buen modelo de negocio". Es decir, desde el punto de vista del directivo, no hay un motivo (o no lo habrá dentro de cinco años) para adquirir una tableta, por lo que tampoco lo habrá para crearla.

De todos modos, hay una esperanza: crear algo completamente innovador. Según el CEO de BlackBerry, es posible que en 2018 dominen el mercado de la computación móvil, pero si lo hacen no será por copiar a sus rivales, pues creen que su aproximación al mercado es errónea, a pesar de que las ventas de tabletas no dejen de subir a medida que bajan las de ordenadores portátiles.

Así pues, se podría decir que la responsabilidad recae en sus dos nuevos teléfonos: BlackBerry Z10 y BlackBerry Q10. La primera ya lleva un tiempo en el mercado, pero la segunda, que cuenta con teclado físico, ha comenzado a llegar a las tiendas de varios países.

Por el momento no hay cifras de ventas oficiales, pero Heins considera que entre ambos dispositivos podrían lograr varias decenas de millones de unidades. Sin entrar en lo vago de esta afirmación, lo cierto es que conseguir unos buenos números podría impulsar la plataforma hacia nuevos dispositivos (en principio, la compañía pondrá a la venta más equipos). No obstante, es pura especulación y, al fin y al cabo, supondría la entrada (o reentrada) de BlackBerry en un mercado en el que hasta ahora no han tenido éxito y en el que no creen sus más altos directivos (y esto, además, es una idea que exteriorizan sin miedo). Por lo tanto, no hay que ser muy optimistas.