Pregunta básica si las hay, pero abrumadora para quienes recién comienzan. Ya tomaste tus mejores fotos, ya las bajaste de tu tarjeta de memoria y estás listo para editar y corregir esos pequeños errores que todos cometemos. ¿Qué programas utilizar entonces? Cada uno cubre en particular un área determinada y si bien todos tienen suficiente poder para satisfacer cualquier necesidad, algunos son más especializados que otros.
¿Que utilizar entonces? Hagamos una breve lista de repaso para ver que opciones hay en el mercado, tanto gratuitas como pagas.
Adobe Photoshop
Claramente. La respuesta por defecto para todo problema de imagen. Adobe Photoshop ha estado con nosotros desde antes de que surgieran las cámaras digitales. Es el estándar de la industria y si hay algo que el programa no puede realizar, seguramente hay un plug-in que lo hace. Photoshop es ideal para realizar ajustes de imagen, composiciones, ediciones generales y agregado de efectos varios. Es perfecto para terminar de componer una imagen y darle los últimos ajustes, así como también preparar el archivo para la web, ajustando el peso y optimizando su descarga.
Pero semejante programa suele confundir y no es raro que un principiante se pierda entre tantas opciones. Al ser un programa tan poderoso tiene una cantidad importante de opciones a considerar cuando tal vez lo único que quieres es editar algún detalle mínimo. Es recomendable utilizarlo si realmente ya has sobrepasado las posibilidades de alternativas más simples.
Es un software pago y cuesta € 146,37.
Adobe Lightroom
Hermano menor del Photoshop, el Lightroom es la herramienta preferida de los fotógrafos. Si bien el PS trae un conversor RAW, la versión de Lightroom es mucho más completa y permite hacer cambios no destructivos —esto quiere decir que siempre conservas el archivo original por mucho cambio que introduzcas— a cualquier fotografía. Su interfaz es extremadamente intuitiva y desde sus primeras versiones sus controles se basan en deslizadores y botones que permiten focalizar tu concentración en la imagen, más que en cómo utilizar sus funciones.
Su punto débil es justamente su mayor cualidad: es solo un procesador de imágenes. Si quieres agregar detalles, modificar pixeles o agregar un sencillo texto esto es sencillamente imposible en Lightroom o extremadamente capado. Su funcionalidad radica en ser el primer paso a la hora de procesar las imágenes, para luego permitir su edición en programas especializados.
Su precio por licencia es de € 131,89.
GIMP
GNU Image Manipulation Program o simplemente GIMP es el héroe de los fotógrafos FOSS. Absolutamente gratuito y soportado por su comunidad, esta excelente pieza de software no tiene nada que envidiar a sus competidores pagos. Desde 1996 que está en desarrollo y sus últimas versiones están a la altura de cualquier trabajo profesional. Permite editar imágenes a mano, basándose en filtros o ajustes predeterminados. Al igual que el Photoshop, puede asustar con tantas opciones.
Mudarse al lado gratis del software no supone estar solo en una isla. Si bien GIMP tiene su propio formato de archivos —el .xcf— es absolutamente compatible con los usuales JPG, GIF, PNG y también con los nativos PSD de Photoshop. Su motor de plug-ins es tan amplio que hasta soporta agregados escritos en Python, lo que permite optimizar y automatizar tareas repetitivas.
Puedes descargarlo ahora mismo sin costo. Hay versiones tanto para Windows, Linux, Mac y hasta FreeBSD u OS/2.
Darktable
Otro héroe del mundo FOSS, Darktable en mi experiencia personal me ha resultado como una fusión entre el Lightroom y cualquier programa estándar de administración de imágenes. Extremadamente liviano para la carga de imágenes, viene equipado con muchísimas opciones de revelado RAW y peca en el mismo sentido de carecer una edición profunda de imágenes, como el GIMP.
Permite organizar tu colección en catálogos separados, utiliza un sistema de estrellas para puntuar imágenes y colores para diferenciarlas. Además es compatible con varias cámaras para hacer disparo por tethering y lo mejor de todo, es completamente gratuito.
Puedes descargarlo desde su sitio web. Es compatible con algunas distros de Linux y MacOS. El soporte para Windows es inexistente pero hay algunas formas de hacerlo funcionar.
Picasa
De la mano del gran Google, Picasa es una alternativa para la edición simple de imágenes. Su editor es algo limitado, pero tiene en mira realizar ajustes rápidos, basados en efectos predeterminados que permite darle un toque final a la imagen sin ensuciarse las manos con programas más complicados. Agregar textos y objetos es sencillo y la interfaz es simple y va directamente al punto.
Su fuerte es la capacidad de organización, ya que crea catálogos automáticos de tus imágenes, separándolas por fechas, carpetas o keywords. También incluye un motor de reconocimiento facial, que te permite crear catálogos completos sobre las personas fotografiadas.
Es gratis y soporta los tres sistemas operativos principales.