El ALMA (Atacama Large Millimeter/Submillimeter Array) representa el proyecto astronómico más grande y ambicioso del planeta, con una inversión de mil trescientos millones de dólares, destinados a la meta de marcar una nueva era en la ciencia del ramo, capturando y volviendo posible el estudio de cuerpos celestes y galaxias lejanas gracias a su potente red de radiotelescopios, los más potentes de la Tierra.

Ejecutado en conjunto por diversas entidades internacionales de Europa, Norteamérica, Asia del Este y República de Chile, este proyecto ha inaugurado oficialmente sus instalaciones, ubicadas a más de 5 mil metros de altura en el desierto de Atacama, en el único país latinoamericano involucrado en el proyecto, convirtiéndose así en la segunda construcción más elevada del mundo. El complejo del ALMA resalta por su imponente instalación compuesta por 66 radiotelescopios de última generación, estos dispositivos enormes, con longitudes en sus lentes que van de los siete a los doce metros de diámetro, estarán destinados a captar y analizar longitudes de onda milimétricas y submilimétricas que ayudarán la construcción de modelos y sistemas que ayuden a responder de donde proviene la vida en la Tierra o si el ser humano está solo en el universo, además de ver cómo podrían ser las condiciones de vida en otros sistemas solares, de acuerdo con lo señalado por Thijs de Graauw, el Director General de esta iniciativa.

El motivo para elegir un desierto, como punto ideal para la instalación de este observatorio, además de la altura, viene determinado en razón de que la escasez de lluvia en este tipo de ecosistemas facilita radicalmente el proceso de investigación astral, ya que la presencia de vapor de agua complica generalmente el análisis pulcro de estos fenómenos espaciales. El trabajo conjunto de todos estos dispositivos hará posible observar galaxias que se encuentran a millones de años luz, al grado tal de poder capturar imágenes de nubes de polvo cósmico y rocas, elementos presentes en el proceso de formación de planetas y estrellas, cuya concepción hasta el momento sólo ha sido teórica, gracias a lo que podría observarse con los radiotelescopios sería posible comprobar este supuesto y registrar el proceso de formación de los planetas, en la búsqueda de explicar con precisión cuál fue el origen del universo.

La potencia del sistema ALMA ha dado origen a diversos proyectos de estudio, destacando entre ellos uno cuyo objetivo consiste en capturar a detalle el proceso y evolución de los agujeros negros, así como otro que estudiará una galaxia lejana que se estima produce cerca de 100 soles por día. Los avances científicos logrados gracias a este complejo aún están por verse, sin embargo los involucrados en el proyecto estiman que el material de estudio que podría recolectarse con esta red sería suficiente para las investigaciones de los próximos 30 años.