Hoy en día tenemos a nuestra disposición en la red un amplio abanico de recursos con el que podemos profundizar en el conocimiento de temáticas de lo más variado y gracias a los contenidos que circulan por Internet (vídeos, tutoriales, documentos, etc) podemos actualizar nuestros conocimientos o aprender cosas nuevas. Proyectos como el EdX del MIT y de Harvard están acercando la educación universitaria a la red, al igual que también lo hace Coursera y, en el caso del aprendizaje de idiomas, sitios como la BBC también nos ofrecen recursos para aprender idiomas o perfeccionar los que ya hablamos. En todo este maremágnum de recursos para el auto-aprendizaje, un profesor de la Universidad Carnegie Mellon está impulsando un servicio llamado Duolingo que pretende aunar, bajo un mismo paraguas, el aprendizaje de idiomas, el crowdsourcing y la universalización de los contenidos de Internet bajo un modelo de funcionamiento bastante interesante.
Luis von Ahn, que entre otras cosas es uno de los inventores del concepto captchas que encontramos en muchas webs hoy en día, es un profesor de ciencias de la computación de la Universidad Carnegie Mellon que ha ideado un servicio, llamado Duolingo, que facilita a los usuarios una plataforma en la que pueden aprender idiomas de manera gratuita y sin tampoco introducir publicidad.
Dedicar tiempo y recursos a un proyecto de esta índole, lógicamente, requiere de cierta financiación o una monetización del servicio, sin embargo, von Ahn ha ideado un modelo de funcionamiento muy interesante con el que pretende revolucionar Internet y conseguir que los contenidos que encontramos por la red puedan estar disponibles un amplio abanico de idiomas, universalizando así el conocimiento. ¿La idea? El crowdsourcing, es decir, la colaboración de los usuarios mediante la aportación de su trabajo y revertir en estos el esfuerzo facilitándoles un lugar en el que aprender Inglés o Español.
La idea es simple, los usuarios acceden a una plataforma en la que van viendo textos en inglés que, como ejercicio, traducen al español, al francés, al italiano, al alemán o al portugués o viceversa; un sitio web que, además, no tiene publicidad y que sirve de punto de encuentro con otros usuarios que contribuyen a perfeccionar estas traducciones o trabajar de manera cooperativa. Por otro lado, hay usuarios que no acceden a determinados contenidos por causa de la barrera idiomática ya que no tienen a su alcance y en su idioma los contenidos que buscan. Si casamos las ganas de aprender con esta necesidad, es decir, la oferta y la demanda, acabamos de dar con la clave de la financiación de Duolingo: las frases a traducir proceden de webs que requieren ser traducidas.
Es decir, con el modelo que plantea Duolingo, a la vez que aprendemos otros idiomas estaremos colaborando en la traducción de las páginas web que existen en la red, contribuyendo así a la universalización de los contenidos, es decir, haciendo accesible a todos los usuarios los contenidos que existen en la red (haciéndola algo más libre).
Tomando el ejemplo que se comenta en el vídeo de presentación el servicio, si un millón de usuarios usaran Duolingo, la versión en inglés de Wikipedia podría pasarse al castellano en apenas 80 horas, es decir, diez jornadas de trabajo; un ejemplo muy bueno para poder apreciar las posibilidades de esta plataforma y el potencial que tiene el modelo que plantea Duolingo.