Intel campus

Hablar de Intel es hablar de uno de los grandes pesos pesados de la industria tecnológica y un referente en cuanto al diseño y fabricación de componentes electrónicos. Aunque a simple vista no nos lo pueda parecer, el catálogo de productos de Intel es bastante amplio y, además del diseño y fabricación de procesadores, abarcan un variado número de componentes y sistemas entre los que encontramos servidores completos (en modo "marca blanca") o componentes como las placas base para PCs. Dentro de los procesos de revisión de la cartera de negocio que realizan todas las compañías, Intel ha anunciado que, de aquí a tres años, dejará de fabricar placas base para PCs de sobremesa.

El anuncio, realmente, no ha sorprendido mucho y era algo que más o menos se esperaba aunque, eso sí, la liquidación gradual de esta línea de negocio (durante 3 años) no afectará a las alianzas que tiene establecidas con otros fabricantes e integradores, como ASUS, ASRock y Gigabyte, a los que sí que seguirá suministrando chips para sus placas base. Dicho de otra forma, seguiremos viendo en el mercado placas base con chipsets de Intel pero no veremos, dentro de 3 años, placas base fabricadas por Intel.

Si nos fijamos un poco en este timeline y recordamos el calendario de trabajo de la compañía, podremos observar que los procesadores Haswell, es decir, la nueva generación que llegará en sustitución de los Ivy Bridge, no se verá afectada por este cese de actividad y, por tanto, veremos en el mercado placas base para estos procesadores que, además, tendrán soporte y garantía justo antes del cese de las actividades de esta línea de negocio.

¿Y qué pasa con esta división? El cese de esta actividad responde, básicamente, a un esfuerzo en poner el foco en otro tipo de productos, es decir, en vez de abarcar todo tipo de ordenadores personales, Intel prefiere centrarse en los ultrabooks y en las tabletas donde puede aportar mucho más valor que en el mercado de las placas base para equipos de escritorio donde existe mucha competencia, los márgenes de beneficios son muy pequeños y, además, los propios consumidores son más proclives a los dispositivos móviles y portátiles que a los tradicionales equipos de sobremesa.

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