El cierre de Megaupload, fruto de una investigación del FBI, provocó en otros servicios de alojamiento de archivos un gran temor a verse en una situación similar en la que, de un día para otro, se viene abajo su negocio. Servicios como Rapidshare comenzaron a cambiar el tercio y anunciaron que tomarían medidas para luchar contra la piratería (de hecho, en Alemania hay una sentencia en la que se declara legal el servicio aunque se les insta a monitorizar los contenidos que comenzaron a materializarse en una considerable bajada en la velocidad de las descargas que el servicio justificó como una medida para luchar contra la piratería. Meses más tarde, RapidShare vuelve a dar otro giro en el servicio y, a finales de mes, impondrá limitaciones en la descarga de archivos.

La medida, que entrará en vigor a partir del 27 de noviembre, afectará tanto a los usuarios gratuitos como los de pago y, en ambos casos, se impondrán tasas máximas de transferencia. ¿Tasas máximas de transferencia? La idea es minimizar la posibilidad de que se compartan contenidos sujetos a copyright y, con esa idea, los archivos subidos por los usuarios gratuitos y compartidos de manera pública no podrán generar un tráfico de descarga superior a 1 GB por día (y en el caso de los usuarios premium la tasa será de 30 GB al día).

¿Y qué significa esta medida? Imaginemos que tenemos subidos a RapidShare varios archivos y los compartimos de manera pública; a partir del 27 de noviembre, RapidShare llevará un control de las descargas de nuestros archivos y en el momento que haya transferido 1 GB de información (o 30 GB en el caso de usuarios premium) cortará la descarga y, hasta el día siguiente, no se podrán a volver descargar (con la misma limitación). Si a esto le sumamos la lentitud impuesta por RapidShare a principios de año (que por cierto se abolirá con la entrada en vigor de este nuevo modelo), "la defensa del copyright" se traduce en una enorme pérdida de prestaciones del servicio. Este recorte no afecta a los archivos que se compartan con grupos cerrados de usuarios, es decir, archivos privados que no están disponibles al público general (quizás ésta pueda ser una vía de escape).

Con esta medida, RapidShare se asegura que los "archivos más populares" (y que con mayor probabilidad podrían ser películas o canciones) tengan un "ciclo de vida efectiva" muy corto puesto que, en la práctica, apenas se podrían descargar contadas veces por día y provocaría así la huida de los usuarios a otros servicios (llevándose consigo el problema de la piratería a otra parte).

Para la CEO de la compañía, Alexandra Zwingli, este nuevo modelo mejora las características del servicio y garantiza que en RapidShare no se produzcan violaciones de copyright:

> El reto principal es el de implementar cambios generales en el servicio que permitan aunar ambos objetivos sin comprometer la experiencia del usuario. El nuevo modelo es una solución que nos permitirá evitar el abuso en la utilización de RapidShare mientras aseguramos que la mayoría de los usaurios no se verá afectada

¿Estos cambios son la solución al problema? En mi opinión, para RapidShare seguramente sea una solución porque lo que está haciendo es "expulsar" (de una manera muy educada) cualquier intercambio de archivos que pueda tener un alto impacto (susceptible de generar muchas descargas), por lo que, al final, puede volver a restituir la velocidad de descarga habitual porque lo que le generaba mayor tráfico se va a terminar marchando a otros servicios (y con ello también el problema legal).

La verdad es que RapidShare ha dado un giro bastante en estos meses y, al final, se ha terminado plegando a las presiones de los lobbies y la industria del copyright.

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