Científicos del MIT han desarrollado un nanomaterial que podría conducir a que un día veamos placas antibalas del grosor de una hoja de papel. Esto se podría usar tanto para chalecos antibalas como para recubrimiento de satélites y trajes espaciales para evitar daños por impacto de mini meteoritos.
La teoría de que un día podríamos ver un compuesto tan delgado como el papel pero que fuera tan resistente como para parar una bala siempre ha estado planeando en la cabeza de los científicos. Aun así nunca se ha podido pasar al campo práctico ya que todas las pruebas han quedado en nada. Todo esto ha sido hasta ahora ya que científicos del MIT y la Rice University han desarrollado un test de estrés revolucionario en el cual se disparan partículas microscópicos de cristal al material capaz de absorber los impactos.
Estas partículas de cristal eran del tamaño de una millonésima parte de metro en diámetro y se disparaban mediante una técnica de pulsos láser desarrollada por el MIT durante varios años. Aunque estos proyectiles son mucho mas pequeños que una bala, los resultados del experimento se podrían proyectar a una escala más grande para predecir como se comportaría el material con impactos mayores.
El polímero que constituye el material se hace alternando capas rígidas con otras flexibles de solo un nanómetro de grosor. Se pudo ver el perfil con microscopio de electrones y se descubrió que el material era un 30% más resistente para impactos frontales que laterales. En la foto podemos ver la sección de como queda el material después del impacto. Este descubrimiento puede cambiar la manera en que se hacen los materiales protectivos de hoy en día.
De momento los científicos están estudiando la manera de poder grabar los impactos en tiempo real para así entender mejor como funciona el proceso. Avances en este campo proporcionarían mejoras no solo en el campo de la defensa sino también en el campo aeroespacial.