Hoy 26 de octubre se ha lanzado al mercado la nueva versión del sistema operativo Windows, Windows 8. Esta nueva versión del sistema operativo de Microsoft, tal y como hemos podido ver en las distintas previews que se han lanzado en el último año, supone un cambio total de paradigma con respecto a las versiones anteriores y un sustancial cambio en el diseño con el nuevo interfaz Metro. En Bitelia hemos dedicado algunos minutos a hablar de algunas de las aplicaciones fundamentales que debemos instalar en Windows 8 o a personalizar el interfaz Metro, sin embargo, hay un importante paso del que aún no hemos hablado: la instalación de Windows 8 en nuestro ordenador personal.
Si vamos a realizar la instalación de Windows 8 en un equipo que está "limpio", es decir, una instalación desde cero en un equipo en el que vamos a borrar todo lo existente o que, simplemente, es nuevo y no tiene datos almacenados, el proceso de instalación es bastante simple (y si el equipo tiene un disco duro SSD va a ser bastante rápido). Sin embargo, si lo que estamos pensando es en realizar una actualización desde Windows 7 o Windows XP conviene tener en cuenta algunos aspectos para que la migración no nos provoque ningún dolor de cabeza y, además, garantizar que no vamos a perder datos durante el proceso.
¿Puedo actualizar mi sistema a Windows 8?
Esta es una de las primeras preguntas que nos debemos hacer antes de enfrentarnos a un proceso de actualización. Microsoft ha publicado unas especificaciones mínimas que debería cumplir nuestro equipo para poder ejecutar Windows 8 de una manera aceptable:
Procesador de al menos 1 GHz Mínimo 2 GB RAM y 20 GB de espacio en disco duro Soportar una resolución de 1366 × 768 Tarjeta gráfica con soporte para DirectX 9
Si no estamos seguros, Microsoft ha colgado un asistente que nos podemos descargar para ejecutarlo en nuestro equipo y verificar que éste es apto para instarle Windows 8 puesto que revisará el hardware (y los posibles problemas de compatibilidad), el software que tenemos instalado (para ver si es compatible y seguirá funcionando) y verificar qué funcionalidades específicas de Windows 8 podrían ejecutarse en nuestro equipo (acceso a la Windows Store, el arranque seguro, etc).
Realiza copias de seguridad de tus archivos
Si bien el instalador de Windows 8 es capaz de respetar nuestros datos y, dependiendo del sistema operativo que tengamos instalado previamente (caso de Windows 7) podremos salvar configuraciones y aplicaciones instaladas, no está de más realizar una última copia de seguridad de nuestros datos personales (sobre todo si solemos almacenar datos en carpetas distintas a las del perfil de nuestro usuario Windows).
Hacer un backup no debería ser algo a plantear a la hora de actualizar nuestro equipo, debería ser una tarea periódica instaurada dentro de nuestra dinámica de trabajo (algo que hemos comentado alguna que otra vez).
Haz un inventario de tus aplicaciones
Otro detalle importante es echar un último vistazo a las aplicaciones que tenemos instaladas y realizar un pequeño inventario para que, una vez hayamos realizado la actualización, comprobemos que funcionan correctamente (si es que se han podido migrar), busquemos las versiones específicas para Windows 8 o, simplemente, las volvamos a instalar en el nuevo sistema operativo.
¿Qué podremos migrar?
Los datos que se pueden migrar directamente durante el proceso de instalación dependen de la versión de Windows que tengamos instalada, concretamente:
- Si tenemos instalado Windows XP en nuestro equipo solamente se migrarán los datos personales del usuario, es decir, los que están asociados al perfil
- Si tenemos instalado Windows Vista en nuestro equipo, además de los datos personales de los usuarios se guardarán las preferencias y ajustes del sistema operativo
- En el caso que tengamos instalado Windows 7, durante el proceso de migración podremos portar, además de los datos personales de los usuarios y los ajustes del sistema, las aplicaciones que tengamos instaladas
- Si nos atrevimos a probar la Release Preview de Windows 8, durante la instalación de la versión estable tendremos la oportunidad de migrar los datos personales (los de nuestro perfil); sin embargo, si partimos de la Consumer Preview o la Developer Preview, no se migrará nada aunque los datos no se perderán, simplemente se les realizará un backup que se almacenará en una carpeta específica (de nombre Windows.old)
Actualizando desde el instalador de Windows 8
Una de las primeras cosas que nos encontraremos al instalar Windows 8 en nuestro sistema es que, al igual que ocurría con versiones anteriores, el equipo se someterá a un análisis para detectar si hay alguna versión de Windows instalada. En caso afirmativo, se nos ofrecerá la opción de realizar una instalación limpia (borrando los datos) o bien migrando los datos existentes.
Dependiendo del sistema operativo que tuviésemos instalado, el menú de opciones nos ofrecerá más o menos elementos, siguiendo lo que hemos comentado en el apartado anterior. En el caso de tener instalado previamente Windows 7 y, además, querer portar las aplicaciones instaladas, se realizará un análisis para evaluar la compatibilidad de éstas y, en el caso de encontrar algún problema, se nos pedirá confirmación para la eliminación de las aplicaciones detectadas (algo que también podemos saber con anterioridad gracias al asistente que Microsoft ha publicado).
A partir de aquí, si no queremos personalizar mucho más la instalación, el proceso será muy sencillo y solamente tendremos que estar atentos a las indicaciones que obtendremos por pantalla.
Imágenes: Ars Technica (Instalador)