En pocos lugares como el fútbol mexicano es posible ver hasta dónde llega el descaro del duopolio televisivo nacional. Hasta hace unos días, Televisa y TV Azteca concentraban a los 18 equipos de la Primera División. La manzana de la discordia fue el club León, un equipo histórico que recién ascendió de categoría. Esta entidad fue capaz de crear una fractura dentro del dominio de los titanes mediáticos, atrayendo a un tercer personaje de poder a la trama: el multimillonario Carlos Slim.

¿De qué va el caso? Todo inició hace unas semanas, con el regreso del León a la Primera División. Debido al pacto de las televisoras, los derechos de transmisión correspondían a TV Azteca. La empresa de Salinas Pliego ofreció 27.5 millones de pesos (unos 2.2 millones de dólares) anuales al club, pero el León pidió 50 millones (cerca de 4 millones de dólares). Ahí se trabaron las negociaciones, por lo que los primeros encuentros como local del equipo no fueron emitidos por ninguna señal.

¿Dónde está el problema? En cualquier otro país, el León pudo haber buscado más canales de TV para vender sus derechos. En México, el sistema está tan viciado que no era posible. De entrada, Televisa no compraría por el pacto que lleva con TV Azteca para repartirse los equipos. Las señales de paga como Fox Sports, ESPN o TVC Deportes fueron desalentadas con una amenaza tácita de veto. ¿Cómo? Simple: si vas contra una decisión de las televisoras, despídete de que tus canales entren en sus sistemas de cable o vía satelital. Además, la Federación Mexicana de Fútbol repartió los derechos de la Copa MX (que enfrenta a equipos de Primera y Ascenso) entre los canales de paga, por lo que ya tenían su tajada de pastel.

Hace un par de años se suscitó un problema similar con el club Monterrey, que decidió emitir sus juegos por Internet. Al final -y con amenazas de demandas de por medio- la directiva y Televisa llegaron a un acuerdo. El club Puebla también lo intentó al acercarse a Fox Sports, pero la solución de las televisoras fue negarle la cobertura al equipo en espacios noticiosos, como si no existiera. Esta entidad terminó por ceder y sus derechos de transmisión se fueron con TV Azteca.

Algunos canales como Al-Jazeera se acercaron al León, pero nada se concretó. Fue hasta el 1 de septiembre que se supo de un nuevo inversionista en el club: el magnate Carlos Slim, quien adquirió 30% de las acciones del León y el Pachuca -propiedad de Jesús Martínez Jr. y Jesús Martínez padre, respectivamente-. La entrada de Slim tiene una lectura muy clara: competirle en otro terreno al duopolio televisivo. No son desconocidos los enfrentamientos entre las empresas de Slim con las de Azcárraga y Salinas Pliego en otros frentes, como en las telecomunicaciones. En el terreno de la televisión, el dueño de América Móvil pretende crear una tercera cadena abierta que compita con Televisa y TV Azteca, y su inversión en el León parece obedecer a ese objetivo.

A la llegada del nuevo accionista, se anunció que los partidos del León se emitirán por Uno.TV, un canal de televisión por Internet de Slim; y por Dish, un sistema de televisión satelital. Aquí parece que no hay nada inusual, salvo que involucra a otro actor conocido de la escena mediática: MVS. Carlos Slim no tiene permiso para ofrecer televisión de paga en América Móvil. Sin embargo, hay un acuerdo con Dish (propiedad de MVS) para que este servicio se promueva en las instalaciones de Telmex - e incluso, que el pago se haga a través del recibo de telefonía. La relación entre ambos bordea los límites de la legalidad y levanta sospechas sobre el papel que juega el magnate en otros casos, como la disputa entre MVS y el gobierno mexicano por la banda de 2.5 Ghz.

Así, algo aparentemente tan simple como los derechos de transmisión de un equipo de fútbol nos da una muestra de las relaciones de poder entre empresas mediáticas en el país. Por lo pronto, la decisión del León ha fomentado un poco de más de apertura, ya que sus partidos se emitirán en otras señales como Fox Sports en televisión de paga, por Telemundo en Estados Unidos; así como Mediotiempo por Internet -sitio web que, por cierto, tienen inversión de Prodigy MSN-. Quién sabe, quizá la entrada de Slim en el mundo del balón sea apenas la punta de lanza de la siguiente reconfiguración mediática.

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