Ayer fue el arranque del Google I/O 2012 y, bajo mi punto de vista, la sesión inaugural fue bastante intensa y asistimos a la presentación de Android 4.1 Jelly Bean, la presentación de la Nexus 7 y el Nexus Q y lo más vistoso y llamativo, la entrada de Sergey Brin para hablar de Project Glass junto a varios miembros del equipo. Durante su presentación, además de deleitar al público asistente (tanto en el auditorio como por streaming) con una demostración del prototipo en funcionamiento, se anunció que se iban a distribuir estas gafas entre los desarrolladores dentro de una beta cerrada que se realizará el próximo año bajo el nombre de Glass Explorer Edition (que tendrá un coste de 1.500 dólares). La idea es que, tras estas pruebas reales, el feedback recogido permita lanzar el producto de manera comercial en el año 2014. Pero, hasta entonces, ¿qué podemos esperar de Project Glass y qué sabemos?
Project Glass, es decir, las extrañas y fascinantes gafas que estaba desarrollando el equipo del Laboratorio Google X, es un proyecto que la compañía presentó en el mes de abril y en el cual nos mostró una prueba de concepto de un sistema de realidad aumentada que nos mostraba información relativa a nuestro entorno y que, además, podía usarse como sistema de comunicación (videollamadas, correo electrónico, etc) y respondía a un control por voz. De la prueba de concepto, y las primeras imágenes, teníamos claro que Project Glass se materializaba en unas gafas sin lentes en la que se había emplazado un pequeño cubo de cristal, a modo de pantalla, sobre el cual suponemos que se proyecta la información y, dado que es transparente, podemos seguir viendo nuestro entorno.
Pasados varios meses desde la presentación y habiendo visto a Sergey Brin en algún que otro evento con las gafas puestas, ayer pudimos verlas en acción y aunque aún quedan muchos detalles por desvelarse, las gafas de Google, desde el punto de vista del hardware, son un dispositivo que llega dispuesto en marcar un antes y después en la industria tecnológica (algo que el propio Brin comentó en la presentación al afirmar que Google se encontraba en una posición de unos dos años de ventaja al resto de la industria con este producto).
Las gafas del Project Glass ofrecen al usuario un doble sistema de control puesto que responden a comandos de voz (por lo que incluyen un micrófono) y además también disponen de una zona similar a un touchpad en la patilla derecha (con la que poder controlar algunas de las funciones del sistema y, precisamente, en esa zona también se alojaría la batería capaz de ofrecer 6 horas de autonomía). Si este doble control ya de por sí es más que interesante, parece que estas gafas podrían permitir al usuario controlarlas desde un smartphone Android (algo que siempre se ha especulado y que, la verdad, tendría todo el sentido del mundo).
El sistema está provisto de acelerómetros y giroscopios para determinar la posición y orientación del sistema, algo que sumado a la información georreferenciada que podría aportar un terminal Android (con GPS), podría servir para ubicar al usuario y, por ejemplo, orientarlo. Además, también se incluye una cámara con la que sacar fotos, grabar vídeo o hacer streaming, unas funciones que se combinan con espacio para almacenamiento y la inclusión de unos altavoces para poder escuchar a nuestros contactos a la hora de realizar una videoconferencia. Lo más curioso es que los chicos de Google manejan la posibilidad de incluir múltiples interfaces inalámbricos que permitan la conexión a redes de datos. La inclusión de un interfaz de datos móvil puede ser algo más que interesante pero no sería descabellado pensar que la conectividad pudiese proceder de un smartphone Android mediante Wi-Fi.
Encerrar todas estas funcionalidades en un dispositivo tan pequeño, desde el punto de vista de la ingeniería, es todo un reto que parece que Google ha abordado con una factura excelente (aunque hasta 2013 no empezaremos a ver a un selecto grupo de afortunados probar el sistema). Si ya de por sí el dispositivo es todo un hito tecnológico, las funcionalidades que ofrece y que podría ofrecer a los usuarios podrían suponer también un cambio de paradigma a la hora de relacionarnos con dispositivos móviles, establecer comunicaciones personales o, simplemente, disfrutar de un simple paseo por las calles. De hecho, entre las funciones que Google baraja integrar dentro de Project Glass se encuentra, por ejemplo, el reconocimiento facial además de la integración de algunos de sus servicios estrella como Gmail o los Hangouts de Google+.
¿Podría ser Project Glass una plataforma más para la publicidad? Aunque podría ser un resultado más que curioso, por ejemplo mirar una valla publicitaria y visualizar un anuncio en las gafas, Google ha comentado que por ahora se va a centrar en el hardware y en desarrollar una experiencia de calidad cara al usuario (y no que el producto sea algo barato, aunque estiman que al público le debería costar algo menos que a los desarrolladores que participarán en este piloto). Es de suponer que de aquí a principios de 2013, la fecha estimada para esta primera distribución de las gafas, Project Glass seguirá perfeccionando la cartera de servicios y funcionalidades cara al inicio de estas pruebas y, por ejemplo, cara a posibles certificaciones (la FCC por ejemplo).
Vaticinar si las gafas de Google serán un éxito o un fracaso en estos momentos es un "brindis al Sol" porque depende de muchos factores (disponibilidad, precio, cartera de servicios, etc) pero lo que creo que nadie puede dudar es que con este producto Google ha puesto el listón muy alto y, bajo mi punto de vista, ha dado un gran salto al desarrollar un dispositivo innovador que podría marcar un antes y un después.