Concedida al profesor de economía Joseph Henry Vogel, una nueva patente en Estados Unidos tendría como objetivo evitar el intercambio de libros de texto entre estudiantes tanto en la red como físicamente. Bajo la propuesta, los estudiantes participarían de los cursos online únicamente a través de la compra de códigos de acceso que a su vez permiten utilizar los libros de texto.
Y es que con la patente en la mano, al término "piratería" se le añade compartir libros entre estudiantes, una práctica o "hábito"que se busca erradicar. Vogel cree que la piratería, el préstamo y la reventa de libros de texto es una seria amenaza para la industria editorial. Según el profesor:
Los profesores hacen cada vez más la vista gorda cuando los estudiantes aparecen en clase con páginas fotocopiadas. En otras ocasiones incluso se facilita la piratería con la inclusión de textos en la biblioteca para que se puedan fotocopiar.
Dice Vogel que el resultado es menos dinero para los editores y menos oportunidades para que profesorado como él puedan llegar a ser publicados. Con la patente cuenta que esta amenaza se detendría.
¿Y cómo funciona? Todos los estudiantes que formen parte de un curso deberán participar en un apartado web, una actividad que contará para la calificación final. Los estudiantes sólo podrán tener acceso a esta web a través de un código especial que se obtiene mediante la compra de libros de texto asociados al apartado web.
De esta forma los estudiantes que no pagan no pueden participar en el curso y por lo tanto obtendrán una calificación más baja. Un sistema que asegura que los estudiantes no puedan seguir los cursos con libros de texto "piratas" como se hace diariamente entre decenas de miles de estudiantes.
Dicho de otra forma, prestar un libro a un amigo, alquilarlo en la biblioteca o la compra de libros de segunda mano a otros estudiantes que ya han pasado el curso, no se permitirá a menos que los titulares de derechos de autor obtengan su parte.
El sistema de Vogel sí deja la puerta abierta a la compra de libros de texto de segunda mano, pero sólo en aquellos que forman parte del "circuito" de las editoriales y a través de un nuevo código de acceso a precio reducido… lo que significa que los editores podrían volver a "recaudar" varias veces un mismo libro que ya se había vendido.
Cuentan desde TorrentFreak que esta nueva propuesta ha sido recibida con entusiasmo por muchos editores. Anthem Press de Londres ya ha expresado su interés por el sistema y Pat Schroeder, presidente de la Asociación de Editores de Estados Unidos, también espera que se implante pronto.
Una propuesta que desde el punto de vista de los propios editores es comprensible, no así para los propios estudiantes con pocos recursos económicos o la simple idea del conocimiento abierto.
Internet debería facilitar el acceso al mismo y no hacerlo aún más difícil. Intentar erradicar el préstamo o alquiler de libros de texto, ya sea a un amigo o través de una biblioteca, es quizá ir demasiado lejos.