Este fin de semana celebrábamos el centenario del nacimiento de Alan Turing, uno de los grandes genios del siglo XX y uno de los padres de la computación y la inteligencia artificial. Tras concebir el concepto de redes neuronales, en 1948 Alan Turing fue nombrado director del laboratorio de computación de la Universidad de Mánchester y allí trabajó en el desarrollo del lenguaje de programación de la Manchester Mark I, una computadora que estaba construyendo dicho laboratorio. Si bien no llegó a implementarse, Turing había diseñado un algoritmo para jugar al ajedrez y quiso programarlo para la Manchester Mark I en 1950 pero no llegó a finalizar el trabajo. Aprovechando los actos de conmemoración del centenario de Turing, la Universidad de Mánchester rescató el algoritmo de Alan Turing para desarrollar un programa de ajedrez y lo enfrentó a uno de los grandes maestros, el gran Garry Kasparov.

Alan Turing contra Garry Kasparov, una partida de ajedrez imposible que se pudo jugar en la Universidad de Mánchester y que estaba cargada de significado. Alan Turing había ideado este algoritmo y lo había anotado en un papel pero nunca llegó a programarlo en una computadora y, por tanto, nunca llegó a probar su funcionamiento (lo ideó y lo apuntó). Coincidiendo con los actos de conmemoración que se celebraron en la Universidad de Mánchester, donde Vinton Cerf o David Ferrucci han participado para hablar de este genio de la computación, los organizadores decidieron retomar la tarea de Turing y programar un juego con el algoritmo y someterlo a prueba contra un jugador de verdad y, entre los existentes, decidieron escoger a uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, el que se enfrentó al famoso Deep Blue de IBM, Garry Kasparov.

Kasparov, que suele prever unos 10 movimientos, venció al algoritmo de Alan Turing en 16 movimientos pero reconoció que no le había sido fácil hacerlo y quedó impresionado con el funcionamiento de un algoritmo diseñado por alguien que ni siquiera lo había probado o depurado con una computadora real:

Supongo que podríamos decir que este algoritmo es algo primitivo pero me gustaría compararlo con un coche clásico, quizás te puedas reír de él pero simboliza un increíble logro. [...] Escribió los algoritmos sin contar con una computadora, muchos jóvenes investigadores nunca hubieran creído que algo así era posible.

Una bonita forma de celebrar el centenario de un genio y disfrutar de su legado.

Imagen: Bennie Mols