Recientemente Corea del Norte fracasó a la hora de lanzar un cohete de largo alcance que estaba destinado, en teoría, a colocar un satélite de investigación en órbita. El lanzamiento que había provocado duras críticas de Corea del Sur, Japón y Estados Unidos estalló pocos minutos después de ser lanzado y acabó cayendo al Mar Amarillo tras recorrer apenas 100 kilómetros.
El cohete Unha-3 que los norcoreanos lanzaron combina, según los expertos, hidrazina y ácido nítrico, dos propelentes que entran en combustión al mezclarse. Esto genera una explosión que permite al cohete despegar. Según Scott Pace, antiguo administrador adjunto de la NASA y actual director de política espacial en la Universidad George Washington:
Todos pueden producir el estallido. Controlarlo es lo difícil
Ese es el problema, dirigir el cohete y llevarlo sano y salvo hacia el destino deseado. Jonathan McDowell de la Universidad de Harvard explica que:
Cuando un país empieza a lanzar cohetes por lo general fracasa en la mitad de sus intentos
Pace explica que el factor humano es decisivo en el éxito de este tipo de lanzamientos:
La falta de comunicación entre los ingenieros y los administradores sobre los fallos que surgían fue un factor relevante en los desastres de los transbordadores espaciales de 1986 y 2003; eso es un gran problema para las sociedades totalitarias, como Corea del Norte
Este antiguo trabajador de la NASA se refiere a los accidentes del Challenger en 1986 y del Columbia en 2003. El Challenger explotó pocos segundos después de su lanzamiento matando a sus siete tripulantes. El Columbia se desintegró durante su reentrada al regresar de su última y exitosa misión. A mayores, Pace ataca a la emblemática serie de ciencia-ficción Star Trek como parte del problema:
En muchos aspectos, el peor enemigo de la NASA es Star Trek. El capitán Picard da la orden de ponerse en marcha y la nave se mueve. Al verlo la gente piensa “parece bastante sencillo”
Evidentemente no lo es pero el ataque de Pace a Star Trek sorprende ya que la NASA ha colaborado activamente con la serie durante años. Es más, parte de la buena prensa de la agencia estadounidense proviene de series como Star Trek, y es que muchas generaciones se han criado con la mente puesta en la exploración espacial y más de uno, inspirado por las palabras del capitán Kirk o Picard, ha decidido dedicar su vida al estudio y la ciencia, con la esperanza de poder llegar hasta donde ningún hombre ha llegado antes.
Personalmente veo algo absurdo el comentario de Pace ¿cree que la gente no es capaz de distinguir la realidad de la ficción? Claro que sería genial que los viajes espaciales fueran algo fácil pero sabemos que los avances tecnológicos tienen su propio ritmo y que no seremos la generación que vea y viva la conquista espacial, aún faltan mucho para poder movernos con el espacio con la ligereza y seguridad que auguran series como Star Trek o películas como Star Wars. La ciencia-ficción puede servir para inspirar a los científicos, eso no lo pongo en duda; pero me parece que Pace da poco crédito a la gente en general pensando que no asumimos que la ciencia real tiene que abrirse paso lenta pero decididamente. Aún así a veces me pregunto por qué no hay coches voladores como los de Back to the Future II.
Foto: Logo Desing Love