Parece que el panorama comienza a ser más alentador para el pequeño ordenador de 35 dólares, Raspberry Pi. Liz Upton, miembro de la fundación y bloggera incansable de cuanto acaece sobre la producción y venta del equipo o entresijos del proyecto, ha confirmado a través del blog oficial de Raspberry Pi que todas las pruebas para conseguir la marca CE que garantiza que el mini ordenador se pueda vender en territorio europeo han concluido, y que por supuesto la diminuta bestia ha conseguido pasarlas con nota, asegurándose que en los próximos días — o semanas — se podrá reanudar con total normalidad la actividad comercial.

Los consultores contratados por la fundación para llevar a cabo los tests requeridos han finaliazdo todo lo relacionado con estos, y lo único que queda pendiente para que Raspberry Pi reciba por fin el bendito sello es mero papeleo, y la aprobación de las dos cadenas de distribución, Farnell y RS Component, lo que ocurrirá la próxima semana. Tras una semana de intenso trabajo han conseguido cumplir sin ninguna modificación de hardware con todos los requisitos de la marca CE, lo que significa que las unidades ya producidas y retenidas en Reino Unido podrán tener salida casi inmediata, un consuelo para todos los early adopters que nos mordemos las uñas por la inquietud inquietud desde el bisiesto 29 de febrero. Pero la fundación ha ido un poco más allá, y para evitar problemas futuros se han querido asegurar de cumplir con otras normativas, de modo que Raspberry Pi está totalmente cualificado para recibir la marca de calidad CE, y también para cumplir con las normas de la FCC americana, así como el CTick de Australia y... lo que han querido llamar "esa cosa canadiente".

Sorprendentemente, y como anécdota, Raspberry Pi pasó por un pequeño mal trago durante las pruebas de radiación electromagnética, aunque no fue culpa del equipo; en el test que medía la capacidad de seguir transmitiendo a través del puerto ethernet tras recibir el impacto de una onda EM tuvieron que repetir la rutina hasta tres veces, no porque Raspberry Pi fallase en el proceso, sino porque el hub de destino, comercial y por lo tanto con el sello de aprobación CE, se colapsaba cada vez que el impulso era transmitido. Buenas noticias por lo tanto para la fundación y los muchos geeks que todavía esperamos pacientemente y con la misma ilusión del primer día recibir nuestra propia placa en casa. Todavía no se ha anunciado la disponibilidad de unidades con marca CE, pero debería ser cuestión, como ya adelantaba, de días, o quizás con un poco de mala suerte, escasas semanas.