Aparte de por la remasterización y los añadidos 3D, la nueva versión en formato tridimensional de Titanic -se estrena este próximo fin de semana en las salas de medio mundo- es prácticamente igual a la original de 1997, salvo por un detalle que el propio director de la película, James Cameron, acaba de revelar: el cielo estrellado que aparece en una de las escenas ha sido modificado, y lo ha sido gracias a los conocimientos y la insistencia del gran divulgador científico Neil deGrasse Tyson.

Un momento, ¿qué pinta deGrasse en todo esto?” os estaréis preguntando.

Hace tiempo Neil deGrasse Tyson explicó en una de sus conferencias de divulgación que en la escena del Titanic donde Rose se encuentra sobre un trozo de madera y mira las estrellas, el mapa estelar que aparece no se corresponde con el que se vio en la localización, fecha y hora reales (sabemos que la escena que nos ocupa está basada en los hechos reales que acaecieron el 15 de abril de 1912 sobre las 4:20 am en una localización del Atlántico también perfectamente conocida).

Desde esa primera vez, el divulgador saca el caso de vez en cuando junto a otros errores científicos que aparecen en películas que todos conocemos. Y no solo eso, en esta ocasión incluso le mandó un email al director de Titatic explicándole el error, que fue el detonante definitivo para que Cameron tomara la decisión de corregir el mapa estelar de la escena. Así lo cuenta él mismo:

Neil deGrasse Tyson me envió un correo electrónico bastante sarcástico explicándome que en esa época del año y en esa posición en el Atlántico en 1912, cuando Rose está tumbada sobre una tabla de madera flotante y mira hacia las estrellas, ese no era el cielo que ella habría visto.

Y con mi reputación de perfeccionista, debería haberlo sabido y debería haber puesto ahí la bóveda de estrellas correcta.

Así que dije “Muy bien, envíame el cielo correcto para esa época y lo pondré en la película”.

Lógicamente la mayoría de los espectadores no se darán cuenta del cambio -el único técnico importante que se ha realizado en la nueva versión-. Aún así, bravo por James Cameron, quién fácilmente podría haber mandado a deGrasse a freír espárragos y en vez de eso optó por lo correcto aunque fuera menos cómodo. Este tipo de gestos, escuchar a los profesionales y aplicar lo que dicen, también influyen en la calidad final de cualquier film y por otro lado es importante que el cine refleje el menor número de barbaridades científicas posibles.

Ya lo dice el refrán, “lo bien hecho, bien parece”.

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