Si hace unos días os hablábamos de una más que probable ley en el Reino Unido que buscaría la monitorización de toda actividad en la red de sus ciudadanos, Estados Unidos busca consenso entre los legisladores para retomar el fallido intento de SOPA. Un proyecto de ley cuya invasión a la privacidad no tendría precedente.

Si cabe aún peor que SOPA, ya que HR 3523 o CISPA (Cyber Intelligence Sharing and Protection Act) no sólo pone énfasis en la "piratería", sino que refuerza la infracción de la propiedad intelectual como una amenaza a la seguridad dando plenos poderes a gobierno, federales y "terceros" al acceso a los datos de los usuarios.

Al igual que en el caso de la propuesta del Reino Unido, resulta difícil de comprender cómo se puede llegar a espiar toda la red bajo estas premisas escritas de manera tan vaga.

Con la propuesta en la mano, los proveedores de Internet y el resto de empresas que operan en la red deben acceder a los datos de cada usuario para luego informar a los organismos gubernamentales o compañías asociadas que lo soliciten. Un escrito que debido a su vaguedad ofrece demasiadas dudas sobre el paradero final de los datos privados de los usuarios.

Según cuenta la EFF:

La propuesta permitiría el espionajes de las empresas en los usuarios compartiendo luego la información privada con el gobierno federal y otras compañías no tipificadas con casi total inmunidad de responsabilidad civil y penal. Se crea una especie de "ciberseguridad" única a todas las leyes vigentes.

Para ello Electronic Frontier Foundation ofrece un ejemplo claro:

Con la propuesta y su vaguedad en el lenguaje utilizado, una empresa como Google, Facebook, Twitter o AT&T podría interceptar sus correos electrónicos y mensajes en la red, y enviar copias al gobierno o terceros e incluso a modificar las comunicaciones de los usuarios o impedir que lleguen a su destino si se ajustan al plan tipificado para detener las amenazas sobre "ciberseguridad"

Como vemos, una nueva propuesta que está ganando cada vez más apoyo entre los legisladores y que próximamente espera debatirse en el Congreso. Un proyecto de ley desalentador que, auspiciado en la seguridad, tumbaría la privacidad de los usuarios. No sólo eso, se abriría un peligroso precedente dando la posibilidad al intercambio de datos entre otras empresas relacionadas con el gobierno sin especificar de qué manera serían utilizados, mucho menos cómo serán supervisados.

Si CISPA viera la luz, el gobierno norteamericano podría tener los datos de los usuarios bajo la amenaza de la "seguridad en la red", momento en el que la propuesta da vía libre a que puedan hacer lo que quieran con ellos.