El que probablemente sea el mejor dibujante europeo, el más genial, capaz de desdoblarse en múltiples personajes y producir innumerables mundos en sus miles de dibujos, el gran Moebius, ha fallecido hoy a los 73 años.

Moebius, cuyo verdadero nombre era Jean Giraud nació en Francia y cuando tenía 16 años su madre se casó con un mexicano. Se mudaron a México donde aprendió a hablar español y descubrió el sexo y la marihuana, que no abandonaría hasta los 65 años cuando escribió Inside Moebius, una suerte de autobiografía final.

A los 18 años empieza a dibujar en distintas revistas pero es en 1964 cuando llega su éxito con las aventuras de El Teniente Blueberry. Moebius firma con su nombre, Jean Giraud, las aventuras del famoso teniente en las que el guionista es Jean-Michel Charlier. Entre los dos realizan la friolera de veintiséis cómics. Cuando muere Charlier comienza también a escribir los guiones, lo que le supone un gran esfuerzo que plasma en Inside Moebius.

Por si fuera poca la colosal obra de Blueberry, Moebius se embarca en otros muchos proyectos que magnifican aún más su irrepetible figura. Conoce al escritor, pensador y guionista Alejandro Jodorowsky y al escritor Carlos Castaneda. Entonces, a finales de los 60 comienza una disociación que le lleva a crear alguno de los mejores cómics de todos los tiempos. Aficionado a la ciencia ficción gesta fabulosos universos mientras, en una esquizofrenia creadora mantiene el realismo de Blueberry. Para este nuevo mundo adopta el seudónimo de Moebius mientras que para el teniente sigue firmando como Giraud.

Colabora en la creación de la revista Métal Hurlant, uno de cuyos personajes Arzach sería el protagonista de la película de culto Heavy metal (1981).

Moebius participa en varias películas como Alien, Tron, Master del universo, Abyss o Willow. Trabaja también en varios videojuegos como Panzer Dragoon (1995) o Seven Samurai 20XX (2004).

Cuando cayó en mis manos El Garaje Hermético quedé fascinado por un universo incomprensible, divertido y de una desbordante originalidad. Y durante el tiempo en que tuve el inmenso placer de leer la incomparable saga de El Incal, cuyo guionista es Jodoroski, corría a la tienda en busca del siguiente ejemplar. Hoy sigo ojeándolo con frecuencia.

Los dibujos de Moebius, sencillos a veces, enormemente detallados en la mayoría de los casos, todos distintos, todos sugerentes son uno de los mejores legados de un hombre a la historia de un arte. Pero es mejor que lo veas por ti mismo.

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