Dentro de todas las tonterías que se utilizan para justificar leyes como SOPA o tratados como ACTA para radicalizar la protección de su hipotética propiedad intelectual, quizá una de las más problemáticas y ridículas son las cifras y cálculos --completamente incomprobables-- que presenta el Complejo-Industrial-del-Entrenimiento para justificar sus abusivas acciones.

Marilin Gonzalo ya ha comentado antes que cualquier titular relacionado con copyright suena ridículo a pesar de no ser exagerado. Y es que la industria y sus patéticas e hiperbólicas propuestas, ya no solo son motivo de rechazo e indignación social mundial, se han convertido en la mofa de todos y ahora son motivo de un nuevo género de comedia que el dibujante de comics Rob Reid llama "Matemáticas del Copyright®".

Todo empieza con una de las tantas cifras mágicas e imposibles de comprobar de la MPAA, quienes claman pérdidas por 58 billones de dólares al año debido al "robo de copyright".

No vamos a perder el tiempo explicando que no existe tal cosa como robar copyright, mejor como Reid propone, hay que analizarlo de la forma en la cual un matemático del copyright lo haría.

Reid nos demuestra que estos 58 millones de pérdidas, equivaldrían a toda la producción de frutas, maíz, tabaco, algodón y arroz en Estados Unidos... y para poder hacer sentido de esta alucinación se necesitan Las matemáticas del copyright-- una (in)disciplina que es la única capaz de explicar como la industria (que inventó este género matemático) se hunde a una velocidad de 8 billones de dólares desde que apareció Napster, al mismo tiempo que sus ganancias por licencias de programas de tv, cable, radio entradas a películas, etc.. siguen subiendo y subiendo más allá de las nubes.

Si las pérdidas desde Napster son de 8 billones, ¿dónde están los otros cincuenta billones? pregunta Reid. La respuesta: piratería de tonos para teléfonos.

Rob Reid también explica la curiosa cifra de 373 mil empleos perdidos anualmente que la MPAA le atribuye al robo de contenido, aún cuando hay datos que prueban que su industria solo emplea 170,000 personas, lo cual de acuerdo a las matemáticas del copyright daría un resultado negativo, si fueran ciertas.

Rob Reid nos explica otro dato mágico que las industrias dedicadas a la explotación del copyright utilizan: el daño económico específico que *una copia de una canción o película ocasionaba en 1999 y el cual es de la maravillosa cantidad de $150,000 dólares.

Esta cantidad creada por matemáticos del copyright o lobbyistas (o casi casi alquimistas) provocó que se aprobará la Ley para Mejorar los Daños del Copyright. (Esto no es chiste). Reid nos demuestra que en ese año (1999) el reproductor de MP3 más avanzado (el desaparecido RIO) solo podía almacenar 32MB o algo así como 10 canciones, lo cual utilizando el número mágico equivalía a un millón y medio de dólares. Los iPods hoy en día pueden almacenar 40 mil canciones... lo cual equivale a ¡los famosos 8 billones de dólares en pérdidas económicas o 75 mil empleos!

Aplausos a Rob Reid por demostrar magistralmente la mentira detrás de la vencida retórica de que copiar equivale a una pérdida. Al final del día las tonterías de los lobbystas que se dedican a crear conflictos y así poder convencer con números mágicos a los legisladores, no serían ningún peligro para la sociedad (como lo son), si los legisladores fueran personas decentes, informadas y que entendieran el internet y los procesos culturales mínimamente, y no solo se dedicaran a repetir mentiras diseñadas para pedir más protección de la propiedad intelectual de algunas compañías transnacionales, que en realidad ya no deberían ni de existir.

Después de ver el video de la increíble presentación de Rob Reid se me ocurrió una solución para los males fabricados de la industria más tóxica e innecesaria en nuestros días: la tragicomedia.

Si todas las cifras, retórica y energía negativa que invierte la industria en tratar de controlar la circulación cultural, fuera utilizada para ejecutar sketches tragicómicos en teatros o circos, auguro filas interminables de gente dispuesta a pagar por ver un show cómico dedicado a sus matemáticas del copyright. Esta acción sería algo en verdad algo creativo, que les dejaría dinero -- que es lo único en lo que piensan-- y además, los alejaría del internet y los recintos legislativos -- algo que definitivamente, la sociedad les agradecería infinitamente.

El copyright y sus matemáticos lobbystas son una farsa y su destino es convertirse en la peor broma de la historia. LOL

Imagen vía Nina Paley

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