Segundo varapalo judicial para Nintento: la justicia española ha absuelto definitivamente a Alejandro Fernández Gutiérrez, propietario de la tienda de videoconsolas y reparación de móviles Alechip, a quien la marca nipona pedía nada más y nada menos que 23 años de prisión y 840.000 euros de indemnización por vender cartuchos “piratas” para la consola Nintendo DS que permiten ejecutar programas creados por terceros.
El caso arrancó en el 2009, cuando a petición de Nintendo la Aduana de Avilés (Asturias, España) retuvo una partida de cartuchos para la DS importados por Alechip. Seguido lo demandaron por diversos delitos contra la propiedad al considerar la compañía que con la comercialización de este tipo de cartucho no autorizado por ellos y exclusivos para su portátil, se daña su propiedad industrial e intelectual ya que “copian de forma no autorizada” su diseño, código de arranque, marca, suprimen las medidas de seguridad y su función no es otra que la de hacer funcionar copias ilegales de juegos en la consola.
Pero al juez que instruyó el caso no le convencieron los argumentos de Nintendo y mediante sentencia del 8 de junio de 2011 absolvió al acusado al considerar, entre otras cosas, que:
No hubo delito alguno contra la propiedad intelectual ya que los dispositivos incautados no contenían ningún tipo de software.
Estos cartuchos y las tarjetas microSD que les acompañan se pueden usar para “piratear” juegos... o no. También permiten por ejemplo ejecutar juegos originales de otras zonas o cagar programas para realizar diversas tareas tales como escuchar música o gestionar fotografías, lo que es completamente lícito según las leyes españolas y europeas.
Lógicamente Nintendo no estuvo conforme, así que presentaron recurso contra la sentencia el cual ha sido desestimado ratificando la sala la primera sentencia al considerar que no hay argumentos jurídicos suficientes para un nuevo proceso.
En resumen, la justicia española ha vuelto a dejar muy claro que los usuarios pueden programar/cargar el software que les de la gana en sus dispositivos físicos mientras este no choque con alguna ley al ser un derecho que está por encima de reestricciones comerciales.