A principios de mes, el gran Julio Iglesias declaró que no le molestaba que le pirateasen puesto que así se democratizaba el acceso a su música, un comentario muy interesante que demostraba una gran apertura de miras y contribuía a desterrar esa demonización que, en algunos sectores de la industria, se hace de los usuarios. Otro peso de la industria que se ha sumado a esta visión tan abierta es Mikael Hed, el CEO de Rovio (la empresa de juegos sociales que, por ejemplo, se propuso bajar nuestra productividad con Angry Birds), que también ha comentado que la piratería les ha ayudado a aumentar el alcance de su audiencia ayudando a que mucha más gente conozca Angry Birds.

Rovio tiene un gran filón con Angry Birds que va mucho más allá de la mera aplicación (disponible en redes sociales, en la Chrome Web Store o en plataformas móviles) sino que, además, han rentabilizado la imagen de la marca Angry Birds para lanzar una línea de merchandising. Para los creadores de Angry Birds, los "encontronazos" con el mundo de la piratería están más relacionados con el merchandising que con las aplicaciones pero, aún así, tienen claro los modelos que no quieren seguir:

Tenemos algunos problemas con la piratería, no solamente en las aplicaciones sino que también los tenemos en los productos de consumo. Hay toneladas de mercancía circulando por ahí, especialmente por Asia, que no cuenta con licencia oficial de los productos. Podríamos aprender mucho de la industria de la música y sus terribles formas de luchar contra la piratería

Según comentaba Hed, llevar a los supuestos "piratas" a los tribunales no sirve de nada, salvo que se detecte que los productos vendidos influyen negativamente sobre la marca Angry Birds o sobre sus fans. Si no se está en esos supuestos, Rovio considera que puede ser beneficiosa y ayudar a la promoción de su marca:

La piratería al final puede resultar que no es tan mala: puede generar más negocio. [...] Copiamos de la industria de la música una cosa, en vez de tratar a los usuarios como tales, decidimos tratarlos como fans y, al final del día, hablamos del número de fans que tenemos. Si perdemos fans, nuestro negocio no funciona y si el número de fans aumenta, nuestro negocio crecerá

Rovio tiene la visión de que Angry Birds puede convertirse en un estupendo canal de promoción de contenidos y de fidelización de usuarios puesto que hay gente que pasa más tiempo jugando a Angry Birds que viendo la televisión, por ello quieren explorar la posibilidad de llegar a alianzas y acuerdos con la industria musical para que sus juegos puedan servir como plataforma de distribución de música, dado que cuentan con una interesante base de fans.

Creo que no le falta razón a Hed en sus argumentos, ojalá se sumen muchos más referentes de la industria a defender esta posición.

Imagen: Tecno-Byte

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