Si bien las historias de memorias SD que hacen un pequeño viaje al fondo del mar y sobreviven abundan, es cierto que son dispositivos muy sensibles y frágiles, ya que con un ligero movimiento de muñecas puedes partir una al medio sin mayores problemas. La razón de esto es obvia, ya que una tarjeta SD común no es más que una placa electrónica de menos de un milímetro de espesor, hecha sándwich entre dos placas mas finas aun de plástico.
Para la mayoría de los mortales esto no supone un problema, ya que con algo de cuidado estas tarjetitas pueden duran años. Incluso muchos usuarios jamas las retiran de su cámara, por que utilizan el cable de datos para descargar las imágenes. Pero los usuarios más profesionales, que trabajan con varias memorias a la vez en ambientes poco amistosos para los componentes electrónicos necesitan algo más.
Las tarjetas RAW Steel parecen ser la solución ya que están diseñadas específicamente para soportar todo tipo de situaciones adversas, sin importar el ambiente en que se encuentren. En primer lugar, todo su circuito y componente eléctrico esta reducido al mínimo, pero el tamaño de la tarjeta es el mismo, dejando espacio extra para sellar herméticamente el interior de la misma. Son tan seguras en este sentido que el fabricante asegura que son a prueba de agua.
Las tarjetas RAW Steel se venden tanto en formatos SD como CF, desde los 4gb hasta los 32gb, todas en clase 10 en el caso de las SD y 675x en el caso de las CF. Sus precios son algo más caros que sus equivalentes comunes (la versión SD de 4gb cuesta $50 dolares) pero se justifica por su aislamiento especial. Puedes conseguirlas a través de su distribuidor oficial, HoodmanUSA.