En estos tiempos de recesión económica en los que nos movemos, la gran mayoría de Administraciones Públicas están aplicando medidas de ajuste presupuestario, recortes de gastos y, sobre todo, medidas de racionalización del gasto que permitan realizar más cosas pero con menos coste. La NASA tampoco está libre de aplicar medidas de contención del gasto que permitan ahorrar costes y, en su caso, los viajes espaciales son una de sus mayores fuentes de gastos. Teniendo en cuenta que suele ser habitual la programación de misiones para enviar piezas a la Estación Espacial Internacional o para la reparación de satélites, la NASA se ha fijado en una startup, llamada Made in Space Inc., que trabaja en el desarrollo de piezas de repuesto con impresoras 3D con la idea de, en un futuro, poder fabricar estas piezas en el espacio y no tener que enviarlas desde la Tierra.
La idea, francamente, es bastante audaz puesto que esta joven empresa propone desplegar impresoras 3D en la estación espacial para que los astronautas puedan fabricar las piezas que necesiten, totalmente bajo demanda. Lógicamente, el primer paso de este plan pasa por el desarrollo de una impresora 3D que pueda funcionar en las condiciones de ingravidez que existen en el espacio y, una vez logrado, los astronautas tan sólo tendrían que almacenar en su nave metal o plástico que sirva como base de las piezas de repuesto cuyos planos se enviarían desde el control de tierra de la misión.
Cuando una herramienta se rompa lo peor que puede pasar es que la tripulación llame a Houston y diga "enviadnos un archivo CAD con los planos de la herramienta" y, entonces, puedan fabricarla con la impresora 3D. Lo ideal es que en un plazo máximo de un día puedan obtener la herramienta
¿Así de fácil? Realmente no es algo tan simple pero la idea es bastante interesante. Made in Space afirma que, mediante este método, cualquier pieza de repuesto tendría una masa un 30% inferior a que si fuese lanzada desde la Tierra, puesto que no tendría experimentar la fuerza de un despegue pero para ello deben completar la primera fase del proyecto:
Nuestro objetivo a largo plazo es conseguir que una impresora 3D funcione en una nave especial
En una de las primeras pruebas realizadas, la compañía subió a un avión de simulación de ingravidez (es decir, los que realizan una bajada controlada en picado) y, durante dos horas, estuvieron imprimiendo una llave inglesa que, a ratos, fue impresa en condiciones de micro-gravedad con una impresora 3D comercial. Tras estas primeras pruebas, el equipo está trabajando en el desarrollo en su propia impresora que pueda utilizar como base polímeros plásticos y permita desarrollar piezas para la estación espacial internacional in situ.
Pensamos que un tercio de las piezas necesarias en la ISS podrían desarrollarse con la impresora en la que estamos trabajando.
Si todo marcha según lo previsto, es posible que en el año 2014, Made in Space pueda enviar la primera impresora 3D a la ISS con la que poder desarrollar piezas para la propia estación.
Imagen: NASA y Made in Space