Este 2011 que está a punto de terminar es un año en el que, personalmente, la seguridad o la falta de ella ha estado muy presente en gran parte de las noticias generados y hechos acontecidos durante el año. Hemos visto cómo un grupo de hackers tumbaban la web de la CIA, accedían a una de la OTAN o hackeaban la PlayStation Network, hechos que han servido para que otras empresas y entidades se dieran cuenta que sus sistemas eran vulnerables o habían sido vulnerados. El último caso en hacerse público es el de la Cámara de Comercio de Estados Unidos que, según se ha publicado en el Wall Street Journal, habría sido víctima durante más de un año de acceso no autorizados que podrían provenir de China.
Según parece, toda la información almacenada en los sistemas de esta entidad habrían quedado comprometidas, incluyendo información sobre sus más de 3 millones de miembros y seis semanas de correos de sus servidores. Lo más curioso es que los hackers fueron bastante selectivos puesto que, en el caso de los correos electrónicos, los correos interceptados eran aquellos que tenían que ver con operaciones en Asia, algo que casa con algunas herramientas encontradas, que se atribuyen a estos hackers, que se habrían utilizado para filtrar la información por palabras clave aunque aún no se ha podido determinar qué información exacta se han llevado y, claro está, las palabras clave utilizadas.
Y a pesar que se haya conocido hoy este caso, estas intrusiones se habrían dado durante el año pasado y, cuando fueron detectadas por el FBI, atajadas en mayo de 2010, momento en el que el la oficina de investigación apuntó que la intrusión procedía de China con indicios de estar sustentada por los medios oficiales. De hecho, este tipo de intrusiones no son nuevas y alguna que otra vez han trascendido casos similares y desde el propio gobierno de Estados Unidos se ha acusado a China en más de un informe.
El Wall Street Journal se han dirigido a la Embajada de China en Estados Unidos y un portavoz de la misma aseguró al diario que este tipo de actuaciones están prohibidas por la legislación del país y, por tanto, no son algo que pueda ser apoyado por el gobierno. Era lógico que no iban a contestar con una respuesta afirmativa.
Según parece, las pruebas apuntan a direcciones IP que pertenecen a instituciones académicas del gigante asiático y, de hecho, una de estas instituciones ya salió a la luz en un ataque en 2001 a la web de la Casa Blanca, por eso miraron a China rápidamente.