Ocupación y Resistencia, así se titularon los dos capítulos finales de la primera temporada de Terra Nova. La serie producida por Steven Spielberg intentó, sin éxito, suplir todos sus defectos con este final; y es que los dinosaurios del Midas de Hollywood no han cumplido con las expectativas. La serie se queda a medio gas, es un quiero y no puedo. En vez de apostar por el riesgo Terra Nova decidió crecer como entretenimiento familiar, algo que no tendría que ser necesariamente malo pero en este caso demostró ser un error. La serie debería ser más oscura, tendría que mostrar lo difícil que es sobrevivir en un entorno hostil, ser un viaje a los lugares más oscuros del alma humana, narrar la crónica del reencuentro familiar de los Shannon. Tendría que ser una serie con personajes y situaciones límite, donde no existe ni lo blanco ni lo negro sino una amplia y variada zona gris. Sin embargo Terra Nova se quedó en la zona blanca, con la idea de ser un producto para todos los públicos; así pues nos han colado una producto cargado de buenas intenciones, lleno de inocencia, de ternura, de amor, donde los buenos son estúpidamente buenos y los malos muy malos; donde no existen auténticos conflictos ni problemas reales, donde no hay dudas éticas ni morales, donde todo es perfecto, maravilloso y estupendo, y donde, de vez en cuando, aparece un dinosaurio. Cuando hablamos del piloto ya advertimos que tenía potencial pero que parecía que iban a seguir la senda familiar, una senda en la que Spielberg da lo peor de si mismo.

Entre el doble episodio piloto y el doble episodio final apenas ha sucedido nada que merezca la pena recordar salvo el ataque nocturno de los slashers y los pocos momentos en los que Lucas Taylor hacía acto de presencia. Hay tramas que rozaron el ridículo como la del huevo de dinosaurio, el científico impostor o, la más sangrante de todas, el espía del asentamiento.

Alerta de spoilers, lee bajo tu responsabilidad

La colonia y los personajes

La colonia es un cumbayá de buenrollismo vergonzante. Cuando los Shannon llegan al lugar desde el año 2149 no tardan ni un día en aclimatarse a su nuevo hogar, Jim Shannon (Jason O'Mara) con dos conversaciones se hace íntimo del comandante Taylor (Stephen Lang) llegando a convertirse en su mano derecha. El comandante, hombre al cargo de la colonia, es un soldado duro, un hombre justo y bastante benevolente cuyo hijo, Lucas (Ashley Zukerman), representa la mayor amenaza para el futuro del lugar. Son los dos únicos personajes de este despropósito que resultan interesantes, además, ambos actores resultan creíbles en sus papeles y en sus encuentros saltan chispas. Además, Lucas atesora las mejores frases de la temporada, ejemplo:

The two of us suffer from a Shakespearean relationship that borders on Greek tragedy

En el asentamiento viven alrededor de mil personas, el día a día es relativamente sencillo, y los capítulos avanzan mostrando las pocas dificultades a las que se enfrentan. El tono de la primera temporada es muy procedimental: hay un problema, buscan la solución y lo resuelven; no hay lugar para el drama o el desarrollo de los personajes. Es un pérdida de tiempo que no lleva a ninguna parte y aburre al espectador que busca algún reto.

Los antagonistas de la historia son los Sixers, una especie de Otros, que llegaron en la sexta peregrinación y que fueron enviados al pasado con una misión desconocida. Su papel en la historia es difuso, sin llegar a concretarse ni a parecer una amenaza real. Se dedican a asomar entre los árboles y a reunirse con Lucas, la única persona capaz de hacer que el camino a través de la grieta sea de ida y vuelta. Hubiese sido interesante ver un capítulo centrado en los Sixers, saber como llegaron, como se mezclaron con los demás colonos, como fueron poco a poco consiguiendo las piezas para su plan; conocer el momento en el que Taylor y sus hombres se dieron cuenta del peligro, ver como los expulsaron del asentamiento y como los Sixers liderados por Mira consiguieron sobrevivir en la selva sin casi armas y rodeados de dinosaurios.

La familia Shannon ha protagonizado momentos altamente ridículos y todos y cada uno de sus miembros está estereotipado al máximo: el rebelde hijo mayor, un adolescente que siempre se mete en problemas y saca a su padre de quicio porque, aunque no lo vean, se parecen mucho; la hija mediana que es un genio y muy aplicada que encuentra el amor en los brazos de un joven soldado que la corteja a la manera del siglo XIX; la pequeña adorable que siempre está ahí para dar abrazos a los adultos en sus momentos más bajos y sacar lo mejor de ellos; y los padres que a pesar de los problemas y la distancia se aman y funcionan como un gran equipo. Por favor, algo más de realidad, de drama, de provocación, no creo que sea tan difícil.

Los males de Terra Nova

La temporada ha terminado y los guionistas han atado casi todos los cabos, dejando un par de subtramas abiertas, de manera, que si hay segunda temporada tengan una camino narrativo a seguir. A día de hoy Terra Nova podría ser cancelada que no importaría lo más mínimo, los trece capítulos funcionan como un todo cerrado, que da respuestas justas y apropiadas, sin dejar casi nada al azar.

Los principales fallos de la serie, además de la falta de evolución de los personajes, la ausencia de un conflicto real y el poco carisma de los actores, son lo poco atractivos que resultan los efectos especiales que dejan en evidencia unos dinosuarios de mercadillo que más que miedo producen risa y el absurdo de las tramas, los guionistas dan muchas cosas por sentado, otras no las explican lo suficiente, dan importancia a momentos y personajes que no merecen la pena sacrificando historias y secundarios que podían dar mucho más de si.

Por desgracia Terra Nova se parece demasiado a Falling Skies cuando debería ser más similar a Battlestar Galactica.

El futuro

Terra Nova nos deja un cliffhanger interesante que será el punto de partida de la segunda temporada la proa del barco del siglo XVIII que encontraron en las badlands. ¿No os recordó a la Roca Negra de Lost? Demasiado para mi gusto. Creo que en ese lugar hay otra grieta temporal, otra grieta por la que se pueden mover y por eso los soldados y los Sixers se han desplazado hacia allí.

Además ahora que Plaza Esperanza ha sido destruida la comunicación con el año 2149 es imposible, se acabaron los suministros, la tecnología, las medicinas, las baterías... ahora los colonos deberán valerse por si solos, ese giro de los acontecimientos, un toque dramático que le sienta bien a la serie, podría hacer que Terra Nova ganase en dramatismo y se volviese más adulta, más oscura, más apetecible.

La audiencia fue abandonando paulatinamente la serie llegando a los 7,2 millones de espectadores en el final de temporada, unas cifras que la FOX no suele aceptar como viables, y si tenemos en cuenta el coste de producción de Terra Nova no parece lógico que la renueven para una segunda temporada. La cadena aún no se ha pronunciado sobre la continuidad, si de mi dependiese la cancelaría, es un producto prescindible, que no aporta nada nuevo y que aburre más que entretiene. Es sin duda alguna, una de las grandes decepciones de este año.

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