El especial navideño de Doctor Who está muy influenciado por la conocida obra El León, la bruja y el armario de C.S. Lewis, existen muchos puntos en común entre la historia de Lewis y el guión escrito por Steven Moffat; un guión con el que el showrunner de la serie recupera temas con los que se siente particularmente cómodo: la infancia, los niños perdidos y la Segunda Guerra Mundial.
En The Doctor, The widow and the Wardrobe abordará el tema de la maternidad y la familia desde la perspectiva de una mujer que ha perdido a su marido en la guerra, una estupenda mujer que mantiene a sus hijos ignorantes hasta que pasen las navidades para que no asocien la pérdida de su padre con esas mágicas fechas, una mujer llamada Madge Arwell (Claire Skinner) que salvará a todo un mundo.
A partir de aquí Spoilers, sweetie
Resumen de The Doctor, The Widow and the Wardrobe
El capítulo comienza con el Doctor escapando in extremis de una nave espacial que explosiona, un traje espacial le permite llegar sano y salvo a la Tierra pero con las prisas se puso el traje al revés y no es capaz de ver nada. Su aparatoso aterrizaje, con cráter incluido, sucede ante Madge Arwell, una mujer cabal y resolutiva, que lo ayuda a llegar al pueblo y a encontrar la TARDIS. El Doctor, que no ve nada y se mueve con dificultad, le pregunta su nombre y le dice que si alguna vez necesita ayuda que lo avise. La mujer le pregunta como podrá ponerse en contacto con él, a lo que el Señor del Tiempo responde:
No sé. Pide un deseo, por lo general funciona. Lo hizo para mí, tú estás aquí ¿no?.
Este trepidante inicio da paso a un salto temporal de tres años. La Segunda Guerra Mundial está en su apogeo y Reg, el marido de Madge, pilota un avión que se pierde sobrevolando el Canal de la Mancha. Pasan los días, vemos a Madge con sus dos hijos Lily (Holly Earl) y Cyril (Maurice Cole), ambos preguntan por su padre, la Navidad está cerca y quieren saber cuando regresará a casa. Madge no les ha dicho que su padre está muerto, no quiere arrebatarles la Navidad y la inocencia y en un momento dado, cierra los ojos y pide un deseo.
Tal y como sucedía en la obra de C.S. Lewis, Madge y sus hijos se trasladan a una casa en el campo para evitar los bombardeos. Llegan la víspera de Navidad y son recibidos por el cuidador de la mansión que no es otro que el Doctor. Madge no lo reconoce porque nunca llegó a verle la cara pero él si la recuerda, es evidente que lo hace porque sino no estaría en la casa. Emocionado les muestra la casa y los cambios que ha hecho como poner un grifo de limonada, una ventana disfrazada de espejo, un tanque de sueños, un jardín zen y sacrificar las camas en la habitación de los niños sustituyéndolas por hamacas. El Doctor está entusiasmado con el resultado y los niños también pero Madge se muestra arisca y taciturna. La secuencia del tour por la mansión está llena de energía, de emoción, cada puerta nos lleva a un nuevo descubrimiento y Matt Smith transmite alegría, desenfado e ilusión cada vez que susurra entre sonrisas “Lo sé”.
En un momento dado Madge no puede más y le explica al Doctor su situación. Una conversación muy triste en la que vemos el dolor desgarrador de una madre y su profunda preocupación por la felicidad de sus hijos. Mientras en el salón de la casa los niños descubren un magnífico árbol y un enorme regalo azul. Un regalo que no podrán abrir hasta el día de Navidad pero que brilla ante los ojos del pequeño Cyril. Durante la noche Lily se despierta y encuentra al Doctor en el ático con su TARDIS, mientras hablan Cyril se levanta y se dirige hacia el salón donde abre el regalo y al hacerlo abre una puerta a otro mundo. No es Narnia pero se le parece. El paralelismo con la obra de Lewis vuelve a asomar.
En realidad es otra dimensión, un lugar nevado, donde los adornos crecen en los árboles. Cyril es curioso y se adentra en el bosque nevado encontrando un adorno plateado que se abrió por la mitad (como un huevo), algo parece haber salido del adorno y el pequeño sigue un rastro de huellas en la nieve hasta una enorme torre.
En la casa el Doctor y Lily descubren que el pequeño se ha escapado y entran en el bosque para buscarlo. Poco después Madge se da cuenta de que sus hijos no están en sus camas y acaba entrando en el regalo, pronto es detenida por una gran cosechadora de metal y abordada por tres soldados pero ella no es una doncella en apuros y usando la técnica del llanto desarma a los soldados y se hace con el control de la cosechadora con el firme propósito de encontrar a sus hijos. Es entonces cuando descubrimos que el bosque va a ser arrasado por una lluvia ácida que acabará con todos los árboles.
Cyril en la torre se encuentra con un rey de madera sentado en un trono, en lo alto de la torre se topará con la reina, la cual le coloca una corona en la cabeza. El Doctor y Lily llegan a la torre y suben a lo más alto, por el camino se dan cuenta de que todos los árboles del bosque están brillando, como si fuesen estrellas. El Doctor le explica a la joven que lo que están viendo es la fuerza vital de los árboles y ella llora, algo que él cataloga como muy humano:
Llorar cuando eres feliz, eso es muy humano.
En lo alto de la torre encuentran a Cyril sentado en una silla con la corona brillando en su cabeza. Pronto el Doctor descubre lo que sucede, la fuerza vital del bosque está intentando huir del lugar, sabe que la lluvia ácida matará a todos los árboles y busca la manera de sobrevivir dejando atrás el planeta; para ello necesitan un cuerpo vivo que los transporte, de ahí que construyesen la torre, para atraer a alguien hacia el lugar y poder usarlo como recipiente de todas las almas. En la cosechadora, Madge es capaz de escuchar la conversación del Doctor con los niños. Cuando los soldados son teletransportados lejos de la zona se da cuenta de que tiene menos de cinco minutos para salvar a sus niños.
La reina de madera se da cuenta de que Cyril no es lo suficientemente fuerte como para poder transportarlos. El Doctor se ofrece voluntario y lo intenta, arrebatando la corona al pequeño y sosteniéndola entre las manos, pero tampoco puede, es débil. Lyli recoge la corona, a ella no le hace daño y siente un ligero hormigueo, la chica es fuerte pero no lo suficiente. La lluvia ácida comienza a caer del cielo. El tiempo se agota pero hay una esperanza, Madge consigue maniobrar la cosechadora hasta la torre y reunirse con sus hijos y el Doctor, ella sujeta la corona, ella es lo suficientemente fuerte como para salvar al bosque. Las estrellas se introducen en la mujer, entonces, la parte superior de la torre sale despedida hacia el vórtice temporal. Madge es la piloto, ella encuentra el camino hacia la Tierra recordando su hogar, su casa, su vida y a su marido consiguiendo, así, regresar y liberar la energía vital de los árboles entre las estrellas.
Cuando aterrizan los niños, que durante el viaje han escuchado a Madge hablar de la muerte de Reg, le piden explicaciones, saben que algo terrible ha sucedido y quieren que su madre les explique la verdad. Es la mañana de Navidad, el Doctor los deja solos en la nave para darles privacidad pero regresa rápidamente obligándolos a salir al exterior y allí, en el jardín de la mansión, están el avión y su padre. Madge convirtió la nave-torre en la estrella que Reg necesitaba para guiarse durante la noche. Ella salvó a su marido. La familia se reúne, lloran de felicidad y el Doctor sonríe. Durante la noche Madge sube al ático para decirle al Doctor que celebre la Navidad con ellos, al ver la TARDIS se da cuenta de quién es y le agradece todo lo que ha hecho por ella. Nuestro Señor del Tiempo le dice que no se quedará y ella insiste en que vaya a ver a su familia o a sus amigos; el Doctor le explica que sus amigos creen que está muerto, Madge le dice que tiene la obligación de hacerles saber que está vivo.
El Doctor llama a una puerta y una voz familiar grita que tiene una pistola de agua. Esa es nuestra pelirroja. Amy abre la puerta pistola en mano y apunta al Doctor. Se miran, han pasado dos años desde la última vez que se vieron y ella en venganza le moja, ninguno quiere dar el primer paso pero terminan abrazándose entre risas. Rory se acerca y le invita a pasar diciéndole que hay un sitio en su mesa para él, que siempre esperan que aparezca y que siempre tendrán sitio en su casa, en su mesa para su buen amigo el Doctor.
El final nos muestra a un Doctor emocionado, sorprendido y agradecido al saber que hay gente que le quiere. El Doctor llora de felicidad, un gesto tan humano.
Opinión
Ha sido un especial muy hermoso que ha buscado tocar la fibra sensible de los espectadores y que ha mostrado el lado más emocional del Doctah, nuestro Señor del Tiempo aún es capaz de sentir emociones, emociones muy humanas. Matt Smith ha logrado hacerse un hueco en mi corazón, nunca será David Tennant, pero ya no hay necesidad de compararlos pues ha alcanzado el equilibrio perfecto entre la comedia y el drama, componiendo a un Doctor juguetón e infantil, sabio y comprensivo que sorprende y emociona a partes iguales. Será muy triste despedirse de Matt Smith el día que abandone la serie.
En cuanto a este especial de Navidad hay que valorar muy positivamente el trabajo de la actriz Claire Skinner que interpreta a Madge, un personaje que consigue caer simpático en seguida y que tiene por delante la difícil tarea de preservar la felicidad y la inocencia de sus hijos en una época dura y cruel. La escena en la que Madge se sincera ante el Doctor en la alucinante habitación de los niños es desoladora, un momento en el que ella se desnuda emocionalmente ante un desconocido que parece comprender y compartir su terrible dolor. Madge es un personaje que no me importaría volver a ver en la serie y que es capaz de obligar al Doctor a enfrentarse a sus temores.
No me esperaba a los Pond, el cierre del capítulo es precioso, un final feliz, muy wumany humany.
PD:¿No es genial que la casa de los Pond sea azul con una puerta que recuerda mucho a la TARDIS?