Durante las últimas dos semanas, en ALTFoto hemos hablado mucho sobre regalos económicos para fotógrafos, accesorios interesantes, categorías de cámaras, gamas de DLSR y hasta de las mejores compactas de este año. Digamos que te decidiste por una DSLR, ya sea una amateur nueva o una algo antigua de gama más alta. Ahora, no sabes qué lentes comprar para sacarle provecho a ese cuerpo reluciente, que viene solo o con un lente kit que no le hace justicia.
Lo primero es ponerse a pensar qué clase de lente necesitas de acuerdo a tus necesidades. Un zoom todo terreno, un fijo angular o normal, un teleobjetivo... Quizá todos ellos. Te recomendamos revisar nuestra guía de compra de objetivos, y se es necesario puedes repasar los conceptos necesarios en nuestra guía para principiantes. Una vez que has decidido qué distancias focales y aperturas usarás más, llega el momento de ver precios. En este punto, es posible que nos llamen la atención objetivos de otros fabricantes, que sobre el papel tienen prestaciones similares o mejores por menos dinero.
Hablamos de marcas como Tamron, Sigma o Tokina, que como parte importante de sus líneas de productos fotográficos, ofrecen objetivos para cámaras Canon y Nikon, e incluso Sony/Minolta y Pentax. Casi siempre, sus precios son menores, aunque los lentes tienen rangos de distancias focales y aperturas mínimas iguales a los lentes más populares de las marcas de los cuerpos. En algunos casos, estas marcas incluso ofrecen aparentes ventajas por sobre los lentes propietarios, como rangos focales más amplios, mayores aperturas o menor peso.
¿Pero cuál es la razón de esa diferencia de precios? Las marcas fabricantes de cámaras, como Nikon, Sony, Canon o Pentax, invierten mucho dinero en el desarrollo de mejores cámaras, lo que hace necesario también que evolucionen los objetivos, ya que deben ser más nítidos, más rápidos y mejor estabilizados. Obviamente, estos avances tecnológicos están protegidos a través de patentes y no se comparten; pero esto no evita que otros fabricantes consigan sus productos y los repliquen a través de ingeniería inversa.
Esto consiste en desarmar el producto y analizar cada pieza para entender su funcionamiento y -seamos claros- copiarla. Así se han reproducido por ejemplo los sistemas de estabilización y autoenfoque, la distribución de los elementos ópticos y la construcción del tambor. Incluso los últimos modelos de estas marcas alternativas incluyen su propia versión de nano-coating o nano cobertura de polvo de cristal; elementos asféricos y de baja dispersión de luz; todas estas tecnologías que ayudan a evitar el flaring y la aberración cromática.
Pero las copias rara vez igualan en calidad a los originales, especialmente si estas reproducciones son fabricadas enfocándose en el bajo costo. Aunque estos lentes más baratos tengan muy amplios rangos focales o grandes aperturas de diafragma, lo cierto es que son menos nítidos y su enfoque es más lento que en los objetivos de los fabricantes de cámaras. Incluso en las versiones más caras con mejoras tecnológicas, la calidad de imagen está lejos de lo que se obtiene con los lentes propietarios de gama media o profesional.
En estos tiempos en que podemos contar con una imagen muy clara en una cámara amateur como la 550D o la D3100, sería una lástima desperdiciar buena parte de esa nitidez al poner delante del sensor un lente que no dé la talla. De igual forma, si trabajamos con puntos de enfoque distintos al central, o sujetos en movimiento, los sistemas de enfoque de los lentes propietarios siempre valdrán esos dólares o euros de más, ya que significarán muchas más fotos bien enfocadas.
En la práctica, muchos de estos lentes más baratos son verdaderas gangas si lo que buscamos es evolucionar del lente kit de nuestra cámara de gama baja, pero no representan un gran progreso si lo que queremos es hacernos de una colección de lentes de buena calidad que nos sirvan en futuras mejores cámaras, y que conserven su valor.
Por otro lado, no todos los lentes de terceros son de menor calidad. En el otro extremo están por ejemplo los Carl Zeiss, toda una familia de objetivos que ofrecen la que posiblemente sea la mejor óptica del mundo, y que fueron desarrollados para usarse en cámaras militares, científicas y aeroespaciales. Al igual que los lentes de la serie M de Leica, estos objetivos están hechos solo del mejor cristal y metal, por lo que no cuentan con autofocus. No todo podía ser perfecto, ¿no?Aunque los Carl Zeiss son muy caros y los fotógrafos profesionales sueñan con tenerlos todos, hay que ser un experto en el enfoque manual, e incluso se recomienda cambiar la pantalla de enfoque de la cámara.
¿Cuál será tu próximo lente?