Conocer el origen de nuestro Sistema Solar es uno de los grandes retos de la astrofísica y, de hecho, existen múltiples teorías que buscan explicar de dónde procedemos. Parte del esquema está claro, es decir, el Sistema Solar (el Sol y los Planetas) se formaron a raíz de una gran masa de polvo y gas que se fundieron para dar origen a estos cuerpos, sin embargo, ¿qué fue lo que provocó que esto ocurriese? Hay varias teorías pero, en su mayoría, proceden del estudio de los isótopos existentes en el interior de meteoritos, teorías que se han visto refrendadas gracias a una simulación realizada en la Universidad de Pekín que validaría el modelo que sostiene que fue una Supernova la que originó nuestro Sistema Solar.
Hasta ahora, los meteoritos han sido la principal fuente de información puesto que la comunidad científica sostiene que estas rocas se formaron durante la formación del Sistema Solar y se han mantenido intactas desde entonces, por tanto, su composición isotópica es un reflejo fiel de las condiciones que existían dentro de la nube de gas y polvo que se condensó y dio origen al Sol y los Planetas. El mayor de los indicadores utilizado por los científicos es el isótopo Al-26 (del aluminio) que tiene una vida media de 700.000 años y que, según las medidas realizadas, situaban la edad del Universo en 20.000 millones de años y la formación del Sistema Solar hace 4.600 millones de años pero, aún así, los científicos seguían sin obtener pruebas concluyentes.
La teoría más extendida es que el detonante que hizo que la nube de gas y polvo colapsara dando origen a nuestro Sistema Solar debió producirse por la explosión de una supernova cercana que envió una onda de expansiva de gases calientes que se topó con la nube de polvo y gas provocando el origen de nuestro sistema, pero ¿cómo demostrarlo?
Aquí es donde entra el equipo de Matthias Gritschneder de la Universidad de Pekín donde han realizado una simulación que valida el modelo teórico de la supernova y que recrea lo que sucedió cuando la onda expansiva de gases calientes atravesó la nube de polvo y gases fríos, proceso que inició el origen de nuestro Sistema Solar. Según esta simulación, los datos de duración del proceso concuerdan con las fechas que los científicos han sacado a partir de los isótopos de los meteoritos y, además, el proceso comenzó cuando la onda expansiva de la supernova se "enfrió" hasta bajar a los 1800 grados centígrados, algo que también concuerda con los modelos teóricos de los astrofísicos.
De todas formas, el modelo se ha realizado en 2D y, por tanto, hay algunos procesos físicos que no se han podido simular con exactitud; a pesar de ello, los resultados obtenidos son muy cercanos a las evidencias que se habían extraído desde los meteoritos que se suponen fueron las primeras rocas en formarse dentro de nuestro Sistema Solar.
Y aunque se haya validado, en primera instancia, el modelo teórico, aún habría que afinar mucho más la simulación para añadir más factores que perfeccionen el modelo y que, posiblemente, requieran una mayor potencia de computación, si bien es cierto que, gracias a estos datos, la teoría de la supernova cobraría bastante fuerza. Así que, a la vista de estos datos, parece ser que el detonante que provocó la formación de nuestro Sistema Solar fue la onda expansiva de la explosión de una supernova.